Experiencia como usuario de Uber en Buenos Aires

Mucho se ha hablado de Uber en Buenos Aires y toda la polémica que ha generado. Hay cosas que los taxistas estaban haciendo mal y la llegada de Uber está cambiando las cosas. No por esto estoy totalmente a favor de Uber que tiene una posición de ir contra toda la normativa existente, pero sí…

Por Federico Aikawa

Mucho se ha hablado de Uber en Buenos Aires y toda la polémica que ha generado. Hay cosas que los taxistas estaban haciendo mal y la llegada de Uber está cambiando las cosas. No por esto estoy totalmente a favor de Uber que tiene una posición de ir contra toda la normativa existente, pero sí en que hay cosas que se pueden mejorar. 

Desde abril, Uber ha generado una verdadera revolución en un mercado que gozaba del beneficio de ser un monopolio: las tarifas tienen actualizaciones anuales, es uno de los pocos lugares (junto a los kioscos) en donde las cosas se pagan en efectivo, y los autos están lejos de ser del mejor nivel ya que la legislación existente los obliga a un estándar mínimo que en el caso de Buenos Aires suelen ser los autos más económicos (ya sea por mantenimiento o precio). A eso le sumamos algunas actitudes nefastas de los propios tacheros que todos detestamos. Un combo ideal para que Uber desembarque en el país.

Día 1 de Uber

Usé Uber una sola vez de abril a junio. La suspensión por parte de la Justicia porteña del servicio, hizo que la mayoría de las tarjetas de crédito argentinas decidieran inhabilitar los pagos. Sin forma de pago disponible, la app carecía de sentido para los locales. Algunos bancos de segunda línea hicieron oídos sordos al pedido de la Justicia y mantuvieron habilitadas a las tarjetas, pero sólo para un mínimo sector de la sociedad. Sin embargo para muchos conductores de Uber, el servicio se mantuvo gracias a los miles de turistas que llegaban a la Argentina sin necesidad de una tarjeta local. Cansados de las estafas de los tacheros, los extranjeros se convirtieron en los principales usuarios de Uber en Buenos Aires. La lógica era simple: un taxista te cobra unos 500 pesos para ir a Ezeiza, mientras que en Uber ese valor es de unos 250 a 300 pesos.

Mientras tanto, mi única experiencia fue un día desde mi casa a mi trabajo por el cual había pagado 25 pesos gracias a una promo de primer viaje con 100 pesos de descuento. El tráfico era espantoso ese día y el cálculo automático de tarifa quedó lejos de la realidad. El conductor de Uber era un chico que se había anotado esa misma mañana en el sistema y, sin presentar aún el registro de antecedentes penales al sistema, salió a la calle. Muchos comentaron después que debido a la alta demanda, Uber les permitió salir sin ese papel a la calle por 15 días (lo que demora el trámite). Un punto oscuro en mi opinión a un sistema que ya tiene sus dudas sobre la legalidad. Pero… «que le hace una mancha más al tigre». El conductor tenía un VW Voyage modelo 2015 en muy buen estado y limpio.

Uber acepta las tarjetas prepagas

Fui de viaje al exterior en junio y no pude usar Uber. No porque las tarjetas de crédito emitidas en la Argentina eran rechazadas más allá de que en algunos de los países que visité, Uber estaba perfectamente habilitado. En algunos sitios comentaban que había que llamar a la tarjeta de crédito y decirles que estabas «en el exterior» para que te habilitaran. Así, muchas personas saltaban el «corralito a Uber» que le había impuesto la Justicia argentina. Pero ese «truco», como le dicen en sitios como Voy en Uber, había que repetirlo cada cierto tiempo pues la tarjeta de crédito argentina sabe que no estas de vacaciones «por siempre».

Neteller
Neteller ofrece tarjetas virtuales gratis

Pero leí por Twitter a fines de junio que Uber empezó a aceptar algunas tarjetas de crédito prepagas como NetellerCardNow, Payoneer, EntroPay, Xapo y SatoshiTangoTodas emiten una tarjeta prepaga MasterCard (algunas físicas, pero en muchos casos una tarjeta virtual) con la que podemos enmascarar o engañar al sistema. Uber logró saltar el cerco, otra vez.

Viajando por Buenos Aires en Uber

Volvimos a Uber. Para evitar problemas con los taxistas, viajás adelante. Y esta excusa sirve para sacar alguna charla sobre el sistema.

¿Qué tal anda Uber?, fue la pregunta que más hice en los viajes por Buenos Aires

Lo que encontré es un sinnúmero de personas, cada una totalmente distinta y que estaban ahí, arriba de un auto, varias horas por día, para ganarse una moneda.

«Me quedé sin trabajo hace poco», fue una de las respuestas más comunes entre los que tenían más de 50 años. «Pensaba vender el auto, pero mi hijo me habló de Uber y me sumé. Me pagan todos las las semanas. Trabajo de perito judicial por la mañana y conduzco por la tarde», comentó Ana, conductora de un Ford Fiesta 2009.

Diferente es el caso de Rubén, que dedicó toda su vida a conducir remises y hoy dedica horas a Uber. «Yo manejo unas 10 a 12 horas por día. Estoy acostumbrado a conducir. Trabajé para una empresa y desde hace unos años soy remisero». Se notaba que Rubén conocía la calle a la perfección, pues me recomendó una zapatería que vendía a «precios muy económicos».

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Factura de un viaje de Uber

Hay de todo, algunos conductores dependen demasiado del GPS y el Waze. Y así a veces te hacen un par de vueltas extra pero por depender exageradamente del GPS. Otros, no son de hablar mucho. Y otros sólo buscan ganar unos pesos extra a fin de mes, ya que tienen otro trabajo por la mañana y les sobra tiempo a la tarde. También me crucé con un par de extranjeros que conducen Uber (colombianos y venezolanos).

Los puntos en común: autos en buen estado y limpios, aunque más allá de lo que se dijo, el precio no es mucho más barato que un taxi, pues la tarifa está pensada por 3 variables: cargo fijo, tiempo y distancia. En una ciudad como Buenos Aires, moverse en auto, muchas veces es un caos. Y una pérdida de dinero de cualquier forma.

Todos coinciden que «no les conviene ir a Ezeiza» pues ya no pueden buscar pasajeros en la terminal para evitar incidentes. «Los taxistas te tienen fichado y saben que sos un Uber después de visitar varias veces el Aeropuerto». Pero también coinciden que «los extranjeros toman Uber. Se cansaron que los taxistas los paseen».

Y a diferencia de muchos países, el tema de la calificación no es tan riguroso. Se nota que todos ponen 5 estrellas, salvo que pase algún incidente grave arriba del auto. Así que eso de «botellas de agua mineral para los pasajeros, caramelos, diario y cargador para el celular» quedaron para otro momento.

Uber llegó y se quedó. Su estrategia fue clara. No esperaron que el ordenamiento jurídico se adapte a ellos. La ciudad de Buenos Aires, que se opusó al servicio para evitar un conflicto con los taxistas, está por sacar una app «BA Taxi» que va a ser un «Uber oficial». Algunos radiotaxis empezaron a aceptar tarjetas de crédito de la mano de MasterCard. La limpieza de los autos aún está en los pendientes.

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«Fuera Uber», el lema elegido por los taxistas de Buenos Aires

Uber dice que hay 30 mil choferes inscriptos en la plataforma, de todas formas dudo que salgan todos al mismo tiempo. Siquiera la mitad. Debe estar en una décima parte nomás. Los tiempos de espera por un auto siguen lejos de lo que es salir a la calle y tomar un taxi al azar. Si son usuarios de taxis, no van a tolerar los tiempos de espera de Uber en muchos casos. Conviene estirar la mano en la calle.

¿Qué sucede con los pasajeros del auto si llega a pasar un accidente? Ese es el gran misterio. Un misterio que también existe en los taxis, pero en el peor caso el responsable es el que controla. Uber vive en California pero factura en Holanda. Ni idea con quién me quejo ahí.

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