El 15 de Noviembre del 2006 una impresionante tormenta de granizo azotó a la ciudad de Rosario. Fue un momento que todos los rosarinos recordemos por muchos años. Durante mucho tiempo, desconfiamos de los pronósticos del clima, y pensamos que ese 15 de noviembre no sería la excepción. El cielo nublado, en menos de 5 minutos se transformó en una terrible noche infinita, y piedras de hielo del tamaño de pelotas de tenis provocaron el pánico en la ciudad. Los automovilistas buscaron refugio en lugares techados, mientras los parabrisas estallaban en miles de pedazos. Los árboles fueron destruídos y toda la magia primaveral, cayó al suelo formando verdes pavimentos.

Los días posteriores fueron un caos. Casas sin vidrios ni persianas. Cartelería destruida. Autos sin lunetas o parabrisas haciendo interminables colas para adquirir una. Rajaduras en los techos de las casas produciendo posteriores filtraciones de agua. El 15 de noviembre será recordado por una generación. Fue ese día cuando nos dimos cuenta que el cambio climático no es algo lejano. Lo comenzamos a vivir.

PD: Hoy, un año después, estamos viviendo la semana más fría de noviembre, con temperaturas que llegan a los 6ºC. ¡Qué tiempo loco, que lo parió!