En el mar interior de Seto, entre las costas de Hiroshima y las aguas cristalinas que bañan el archipiélago japonés, se encuentra uno de los destinos más peculiares y encantadores del país del sol naciente. Okunoshima, conocida mundialmente como «Usagi Shima» o la Isla de los Conejos, es un pequeño paraíso de apenas 0.7 kilómetros cuadrados que alberga a más de mil conejos salvajes que campan a sus anchas por playas, senderos y praderas con total libertad.
Esta diminuta isla, que puede recorrerse completamente a pie en menos de una hora, se ha convertido en un fenómeno viral y uno de los destinos más fotografiados de Japón. Miles de visitantes llegan cada año atraídos por la oportunidad única de interactuar con centenares de conejos mansos que se acercan sin temor a los turistas, creando una experiencia surrealista que combina la naturaleza más tierna con paisajes costeros de extraordinaria belleza. Sin embargo, detrás de esta imagen idílica se esconde una historia compleja que convierte a Okunoshima en un lugar de profunda reflexión histórica.
La historia de la isla de Okunoshima
La historia de Okunoshima está marcada por uno de los capítulos más oscuros del siglo XX japonés. Durante la Segunda Guerra Mundial, esta pequeña isla sirvió como sede de una fábrica secreta de armas químicas del ejército imperial japonés. Entre 1929 y 1945, la instalación produjo más de seis mil toneladas de gas mostaza y otros agentes químicos que fueron utilizados principalmente en el conflicto chino-japonés. La ubicación remota de la isla la convertía en el lugar perfecto para mantener en secreto estas operaciones, hasta el punto de que Okunoshima fue literalmente borrada de los mapas oficiales durante este período.
Los trabajadores de la fábrica, muchos de ellos estudiantes reclutados sin conocer la naturaleza real de su trabajo, sufrieron graves problemas de salud debido a la exposición a estos químicos letales. Tras la rendición de Japón en 1945, las fuerzas de ocupación aliadas desmantelaron las instalaciones y destruyeron las reservas de armas químicas. Hoy en día, el Museo del Gas Venenoso preserva esta memoria histórica y educa a los visitantes sobre los horrores de la guerra química, contrastando dramáticamente con la atmósfera pacífica que ahora caracteriza la isla.
El origen de la población actual de conejos sigue siendo un misterio. Aunque algunas teorías sugieren que descienden de conejos utilizados para probar los efectos de los gases durante la guerra, los expertos descartan esta versión, ya que todos los animales de laboratorio fueron sacrificados al final del conflicto. La explicación más aceptada es que un grupo de conejos fue liberado en la isla por escolares en los años setenta, y su población creció exponencialmente gracias a la ausencia de depredadores naturales.
Qué hacer en Okunoshima, la isla de los conejos
La principal atracción de Okunoshima es, sin duda, la interacción con sus habitantes peludos. Los conejos se encuentran por toda la isla, pero tienden a concentrarse en las áreas cercanas al muelle, el hotel y los senderos principales. Estos animales, acostumbrados a los visitantes, se acercan con confianza especialmente si perciben que llevas comida. La experiencia de verse rodeado por decenas de conejos saltando alrededor es verdaderamente única y proporciona oportunidades fotográficas extraordinarias.
Más allá de los conejos, la isla ofrece varias actividades complementarias. El Museo del Gas Venenoso es una visita imprescindible para comprender la historia de la isla, con exhibiciones que incluyen equipos de protección, documentos históricos y testimonios de supervivientes. Los amantes del senderismo pueden explorar los múltiples senderos que recorren la isla, algunos de los cuales conducen a miradores con vistas espectaculares del mar interior de Seto.
Las ruinas de las antiguas instalaciones militares están dispersas por toda la isla y pueden explorarse libremente, aunque con precaución. El Hotel Kyukamura Okunoshima ofrece alojamiento para quienes deseen pasar la noche en la isla, así como restaurantes donde degustar especialidades locales del mar. Las playas de arena fina invitan al descanso y la contemplación, especialmente durante el atardecer, cuando el paisaje se tiñe de colores dorados y rojizos.
Cómo llegar a Okunoshima, la isla de los conejos

El acceso a Okunoshima requiere una combinación de transporte terrestre y marítimo que forma parte del encanto de la aventura. Desde Hiroshima, la ruta más común es tomar un tren JR hasta la estación de Tadanoumi, un viaje que dura aproximadamente una hora y quince minutos en tren local. Alternativamente, se puede llegar a la estación de Omishima desde otras direcciones, dependiendo del punto de partida.
Una vez en Tadanoumi, el puerto se encuentra a unos cinco minutos a pie de la estación. Los ferris hacia Okunoshima operan regularmente durante el día, con un viaje que dura apenas quince minutos a través de las aguas tranquilas del mar interior. Este ferry está cubierto por el JR Pass. Los horarios de los ferris están coordinados con los trenes para facilitar las conexiones, aunque es recomendable verificar los horarios actualizados, especialmente durante los fines de semana y días festivos cuando la frecuencia puede ser mayor debido a la demanda turística.
Para quienes viajan en automóvil, existe un servicio de ferry que también transporta vehículos, aunque la mayoría de visitantes prefiere explorar la pequeña isla a pie. El costo del ferry es muy económico, y los billetes se pueden adquirir directamente en el puerto sin necesidad de reserva previa, excepto en períodos de alta demanda como Golden Week o durante la temporada de flores de cerezo.
Horarios del Ferry a la isla de los conejos
Salida desde Tadanoumi | Llegada a Ōkunoshima | Tipo |
---|
07:30 | 07:55 | – |
07:40 | 07:55 | – |
08:30 | 08:45 | – |
08:40 | 08:55 | – |
09:40 | 09:55 | – |
10:25 | 10:35 | – |
11:10 | 11:05 | – |
11:45 | 12:00 | – |
12:10 | 12:25 | – |
13:00 | 13:15 | – |
13:45 | 13:25 | △ |
14:05 | 14:19 | – |
15:00 | 15:10 | – |
15:15 | 15:29 | * |
16:00 | 16:10 | – |
16:25 | 16:39 | * |
17:35 | 18:00 | – |
17:55 | 18:10 | * |
18:40 | 18:55 | – |
19:10 | – | – |
Salida desde Ōkunoshima | Llegada a Tadanoumi | Tipo |
---|
08:10 | 08:25 | – |
09:10 | 09:25 | – |
09:20 | 09:35 | – |
10:30 | 10:45 | – |
11:00 | 11:15 | – |
11:40 | 11:55 | – |
12:30 | 12:45 | – |
13:40 | 13:55 | △ |
13:48 | 14:00 | – |
14:56 | 15:10 | – |
15:50 | 16:05 | – |
17:16 | 17:30 | ☆ |
18:20 | 18:35 | – |
19:00 | 19:15 | – |
Leyenda:
- * = Ferry grande (capacidad 300 personas)
- △ = No opera del 1 de noviembre al 28 de febrero
- ☆ = El ferry de las 17:00 desde Ōmishima no para en Ōkunoshima
Consejos para alimentar a los conejos de la isla

Alimentar a los conejos de Okunoshima es una de las experiencias más memorables de la visita, pero requiere conocimiento y responsabilidad para garantizar la salud de estos animales. La comida específica para conejos se puede adquirir en el ferry o en las tiendas de la isla, y es importante utilizar únicamente estos productos aprobados. Las zanahorias baby, el heno Timothy y los pellets especiales para conejos son las opciones más recomendadas y seguras.
Es fundamental evitar alimentar a los conejos con comida humana como pan, galletas, chocolate o cualquier alimento procesado, ya que pueden causar graves problemas digestivos e incluso la muerte de estos animales. Los vegetales como la lechuga, aunque parezcan inofensivos, tampoco son recomendables en grandes cantidades debido a su alto contenido de agua y bajo valor nutricional.
La técnica de alimentación también es importante. Es mejor sentarse en el suelo y permitir que los conejos se acerquen naturalmente, en lugar de perseguirlos o intentar tomarlos en brazos. Algunos conejos son más tímidos que otros, y respetar su espacio personal es crucial. Distribuir pequeñas cantidades de comida de manera regular funciona mejor que vaciar toda la comida de una vez, ya que esto puede crear competencia agresiva entre los animales.
Los visitantes deben ser especialmente cuidadosos con los conejos bebés, que son más frágiles y pueden resultar heridos fácilmente. La interacción debe ser siempre suave y respetuosa, recordando que estos son animales salvajes que han desarrollado una tolerancia hacia los humanos, pero que siguen necesitando ser tratados con el respeto que merecen todos los seres vivos.
Qué otros destinos quedan cerca de Okunoshima
Los restos de la fábrica de armas químicas de la II Guerra MundialLa ubicación estratégica de Okunoshima en el mar interior de Seto la convierte en una excelente base para explorar una de las regiones más pintorescas de Japón. Hiroshima, con su memorial de la paz y el icónico santuario flotante de Miyajima, se encuentra a menos de dos horas de distancia y constituye una visita obligatoria que complementa perfectamente la experiencia histórica de Okunoshima desde una perspectiva diferente del impacto de la Segunda Guerra Mundial.
La ruta ciclística de Shimanami Kaido, considerada una de las más hermosas del mundo, conecta Honshu con Shikoku a través de una serie de puentes espectaculares que unen pequeñas islas del mar interior. Esta ruta pasa relativamente cerca de Okunoshima y ofrece paisajes costeros incomparables, pueblos pesqueros tradicionales y la oportunidad de experimentar la hospitalidad rural japonesa en su máxima expresión.
Onomichi, conocida como la ciudad de los templos y punto de partida de la ruta Shimanami Kaido, conserva un encanto tradicional con sus calles empinadas, templos antiguos y vistas panorámicas del mar. Sus estrechos callejones y escaleras de piedra han servido como escenario para numerosas películas japonesas y ofrecen una experiencia auténtica del Japón tradicional.
Para los amantes de la historia feudal, el castillo de Hiroshima, reconstruido tras la guerra, y los jardines tradicionales de Shukkeien proporcionan un contraste cultural fascinante. La isla de Miyajima, famosa por su torii flotante y los ciervos sagrados que deambulan libremente por sus calles, ofrece otra experiencia única de interacción con animales en un entorno completamente diferente al de Okunoshima, cerrando el círculo de una experiencia japonesa verdaderamente inolvidable.