En el pintoresco paisaje de Kumamoto, donde los campos de repollo se extienden hasta donde alcanza la vista, surge una nueva silueta: el recién completado complejo fabril de TSMC, el gigante taiwanés de la fabricación de semiconductores.
Este desarrollo marca un hito significativo, no solo para la prefectura sino para todo Japón, al ser la primera instalación de TSMC en el país.
Con una inversión de más de 1 billón de yenes (aproximadamente 7.5 mil millones de dólares) y un apoyo substancial del gobierno japonés, que se extiende hasta casi 500 mil millones de yenes (cerca de 3.75 mil millones de dólares), TSMC pone de manifiesto su compromiso con la expansión de su huella manufacturera global.
La planta, cuya magnitud se compara con tres veces el tamaño del PayPay Dome, promete no solo fortalecer la cadena de suministro de semiconductores en Japón sino también impulsar la economía local y regional de formas previamente inimaginables.
La ceremonia de inauguración atrajo a distinguidas personalidades, incluidos el presidente de Toyota Motor Corporation, Akio Toyoda, y el presidente del Grupo Sony, Kenichiro Yoshida, reflejando la importancia estratégica de esta planta para la industria automotriz y de electrónica. Con un valor de mercado que supera los 85 trillones de yenes, TSMC eclipsa a gigantes como Toyota, destacando su posición dominante en la industria global de semiconductores.
Este complejo no solo representa un avance tecnológico, al facilitar la producción doméstica de componentes avanzados, sino que también es un testimonio del ritmo acelerado de TSMC, completando el proyecto en menos de dos años. Con planes de construir una segunda planta en Kumamoto, con una inversión adicional cercana a los 2 billones de yenes y duplicar la fuerza laboral a 3400 empleados, TSMC está posicionándose como un catalizador de crecimiento económico en la región.
La llegada de TSMC a Kumamoto es vista con gran optimismo por las empresas locales. Takehisa Yoshida, presidente de una empresa de mecanizado de precisión en la ciudad, expresó su entusiasmo por la expansión, anticipando un aumento en la demanda de sus servicios de fabricación de componentes para la industria de semiconductores. La empresa ya ha invertido 700 millones de yenes en nuevas instalaciones y equipos, esperando capitalizar las oportunidades que esta nueva era promete.
Sin embargo, el panorama no está exento de desafíos. La preocupación por la posible escasez de talento especializado, a medida que los trabajadores se sientan atraídos por las oportunidades en TSMC, es palpable entre los empresarios locales. Además, la dependencia de la economía en la fluctuante industria de semiconductores requiere una estrategia diversificada para garantizar la estabilidad a largo plazo.
La inversión de TSMC en Kumamoto no solo es una señal de la creciente importancia de Japón en la cadena de suministro global de semiconductores sino también un catalizador para el crecimiento económico, la innovación y el desarrollo tecnológico en la región. Con efectos multiplicadores que se extienden a través de diversas industrias, desde la manufactura hasta el sector servicios, la presencia de TSMC promete redefinir el paisaje económico de Kumamoto y más allá, marcando el comienzo de una nueva era de prosperidad y avance tecnológico en Japón.
Otros problemas para Kumamoto por la llegada del gigante taiwanés
El área comercial de Kumamoto ha experimentado un aumento significativo en las tasas de alquiler, y la ciudad se ha convertido en un hervidero de actividad. Los trabajadores acuden en masa a la fábrica, creando atascos de tráfico en las carreteras. Incluso los precios de los taxis, considerados un indicador económico, han aumentado. Los ingresos mensuales de algunos individuos superan fácilmente el millón de yenes. La demanda de apartamentos para los empleados de la fábrica también ha disparado los precios de la vivienda.
Sin embargo, este auge no está exento de desafíos. El tráfico congestionado y la competencia por las viviendas son solo algunos de los problemas que enfrenta Kumamoto.
A pesar de ello, la ciudad sigue siendo un imán para aquellos que buscan oportunidades en la industria de los semiconductores. ¿Hasta dónde llegará esta burbuja? Solo el tiempo dirá si Kumamoto mantendrá su posición en la cima del auge de los chips.