En un esfuerzo por controlar el comportamiento inadecuado de los turistas extranjeros, las autoridades japonesas han anunciado la instalación de una enorme barrera negra que bloqueará la vista del Monte Fuji desde un popular punto fotográfico.
La construcción de la red de malla, que tendrá una altura de 2.5 metros y una longitud de 20 metros —equivalente a un campo de críquet—, comenzará esta semana en la localidad de Fujikawaguchiko, en la prefectura de Yamanashi, según informó un funcionario local.
El funcionario expresó su descontento por la medida, subrayando que es lamentable tener que recurrir a ella debido a turistas que «no respetan las normas», dejando basura y desoyendo las regulaciones de tráfico. Esta acción se suma a otras iniciativas en Japón contra el turismo excesivo, como la prohibición a los visitantes de transitar por callejones privados en el distrito de geishas de Kyoto, implementada este año.
La popularidad de Japón como destino turístico ha crecido notablemente, registrándose un récord de visitantes extranjeros en marzo, con más de tres millones de turistas en un solo mes. Aunque el Monte Fuji puede ser fotografiado desde varios puntos en Fujikawaguchiko, el lugar afectado por la nueva barrera es especialmente popular debido a que el volcán aparece majestuosamente detrás de una tienda de conveniencia Lawson, lo cual ha sido ampliamente promocionado en redes sociales como un ícono muy japonés.
El funcionario indicó que la medida también busca proteger una clínica dental cercana, la cual ha sufrido el embate de los turistas que, en busca de la foto perfecta, han llegado a estacionarse sin permiso y a subirse al techo del establecimiento.
A pesar de las señales de tráfico y las advertencias de los guardias de seguridad, la situación no ha mejorado, llevando a las autoridades a optar por esta solución extrema. La pantalla se mantendrá hasta que se observe una mejora en el comportamiento de los visitantes.
El incremento del turismo en Japón tras la pandemia ha sido una noticia bienvenida para la economía, pero no así para todos los residentes. En Kyoto, por ejemplo, se han registrado quejas sobre turistas que molestan a las geishas vestidas de manera tradicional. Además, este verano, los excursionistas que elijan la ruta más popular para escalar el Monte Fuji deberán pagar 2,000 yenes y enfrentarse a un límite en el número de visitantes, una medida destinada a aliviar la congestión.
Este caso en Fujikawaguchiko refleja una problemática global, donde destinos como Venecia han empezado a cobrar entrada a los excursionistas de un día para enfrentar el turismo masivo.
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