Todo sobre las geisha, el gran misterio de Japón

Las geisha han cautivado a occidente desde tiempos inmemoriales. Están rodeadas de misterios y de secretos que siguen siendo atractivos para los turistas.

geishas en kioto

Las geishas, figuras emblemáticas de la cultura japonesa, han cautivado la imaginación del mundo durante siglos. Su imagen, envuelta en misterio y elegancia, evoca un mundo de refinamiento artístico y tradición. Pero, ¿qué son realmente las geishas? Mucho más que simples artistas, las geishas son guardianas de las artes tradicionales japonesas, dedicadas a la preservación y práctica de la danza, la música, la ceremonia del té y la conversación. Su presencia en los banquetes y eventos culturales aporta un toque de sofisticación y encanto, transportando a sus invitados a un mundo de belleza y sutileza.

El camino para convertirse en una geisha japonesa es un viaje de años de aprendizaje y dedicación. Las aspirantes, conocidas como maikos, se someten a un riguroso entrenamiento desde temprana edad, aprendiendo no solo las artes escénicas, sino también la etiqueta y las sutilezas de la interacción social japonesa. Este proceso formativo, que tradicionalmente comenzaba a los 12 años y hoy en día se inicia a partir de los 15 o 16, implica vivir en una okiya, una casa donde conviven con otras geishas y aprendices bajo la tutela de una okaasan o «madre».

A lo largo de su carrera, las geishas japonesas se distinguen por su estética impecable, un reflejo de su maestría artística y su estatus dentro de la comunidad. Su icónico maquillaje blanco, sus elaborados kimonos y sus delicados accesorios no son solo elementos decorativos, sino que están cargados de simbolismo, transmitiendo mensajes sutiles sobre su experiencia y la ocasión a la que asisten. En cada detalle, la geisha encarna la gracia y la belleza refinada que la han convertido en un símbolo perdurable de la cultura japonesa.

¿Qué son las geishas japonesas?

geisha en japón

Las geishas, término que se traduce como «persona de las artes», son mujeres altamente capacitadas en las artes tradicionales japonesas. Su función principal es entretener a sus clientes en eventos culturales, casas de té o reuniones privadas, utilizando sus habilidades en la danza, la música, la conversación y la ceremonia del té. Dominan también otras áreas como la retórica, la poesía e incluso tienen una sólida base de cultura general, permitiéndoles participar en cualquier conversación con fluidez y gracia.

Contrario a la creencia popular, las geishas no son prostitutas. Si bien en el pasado la línea que separaba a las geishas de las cortesanas (oiran), quienes sí ofrecían servicios sexuales, era difusa, su rol se centraba en el arte y el entretenimiento. Con la modernización de Japón y la ilegalización de la prostitución en 1956, se espera que las actividades de las geishas no estén relacionadas con el sexo. Sin embargo, algunos testimonios apuntan a que en ciertas okiyas, las casas donde viven y se forman las geishas, aún pueden persistir prácticas problemáticas como el mizuage, donde se pagaba por la virginidad de una aprendiz.

Los tres roles principales: geisha, maiko y geiko

geisha en japón

Aunque el término «geisha» se usa a menudo para englobar a todas las mujeres que se dedican a este arte, existen diferentes roles y etapas de formación que es importante distinguir.

Geisha es la palabra genérica, que significa «persona de las artes», y se refiere a las mujeres que han completado su entrenamiento y dominan las artes tradicionales japonesas. Su vestimenta es más sobria y refinada, reflejando su madurez y estatus. El kimono suele tener colores menos llamativos y su peinado es más sencillo. En su caso, el valor como geisha reside principalmente en la maestría de sus habilidades artísticas, más que en su apariencia juvenil.

Maiko significa «niña o joven bailarina» y se utiliza para referirse a las aprendices de geisha. Estas jóvenes, generalmente entre 15 y 20 años, se encuentran en la etapa de formación y se caracterizan por una vestimenta y maquillaje más llamativos. Visten kimonos brillantes y coloridos con lazos elaborados en el obi (cinturón), y su maquillaje incluye la cara pintada de blanco, labios rojos y detalles negros alrededor de los ojos y las cejas. Sus peinados son complejos y están adornados con kanzashi, accesorios para el cabello que también reflejan su progreso en el aprendizaje. El estilo elaborado de las maikos compensa, de manera estética, su falta de experiencia profesional mientras se encuentran en periodo formativo.

Geiko es un término específico de Kioto y se utiliza para referirse a las geishas de esta región, especialmente las del famoso barrio de Gion. Las geiko tienen un estatus similar al de las geishas en otras partes de Japón y son consideradas la encarnación de la refinada cultura de entretenimiento de Kioto. La principal diferencia entre geisha y geiko es, por lo tanto, la terminología regional. Además del nombre, puede haber algunas variaciones menores en las normas y prácticas de entrenamiento, así como en el acento regional que la aprendiz debe dominar a la perfección si proviene de otra región.

El camino para ser geisha: entrenamiento y rituales

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Convertirse en una geisha japonesa no es tarea fácil. Es un camino que requiere años de dedicación y aprendizaje riguroso de las artes tradicionales. Este viaje comienza en la juventud, a través de un proceso de formación intensiva donde las aprendices, llamadas maikos, se sumergen en el complejo mundo del entretenimiento y la etiqueta japonesa. Antiguamente, el entrenamiento solía iniciarse en torno a los 12 años, pero en la actualidad las jóvenes comienzan como mínimo a partir de los 15 o 16 años, una vez finalizada la secundaria obligatoria. El único requisito, más allá de la edad, es la voluntad de emprender este camino.

La formación de las geishas: Una vez que una joven decide convertirse en geisha, debe buscar una okiya dispuesta a aceptarla como aprendiz. Las okiyas son casas de té y alojamientos donde viven las maikos y las geishas, a cargo de una okaasan, que significa «madre». Estas casas proporcionan alojamiento y manutención a las aprendices y cubren los elevados costos de la sofisticada indumentaria y accesorios que utilizarán durante su formación. Este periodo inicial de entrenamiento, bajo una estricta disciplina, dura entre 6 meses y un año. Pasados los 6 meses, las maikos pueden empezar a compaginar su formación con la participación profesional en eventos, tocando instrumentos o asistiendo a otras geishas.

Ritual del Erikae: Alrededor de los 20 años, las maikos pasan por la ceremonia del erikae, que significa «cambio de cuello». Esta ceremonia marca la transición de maiko a geisha y simboliza un cambio de estatus, reconociendo su habilidad y compromiso con las artes que representa. Durante el erikae, se cambia el cuello interior del kimono, que en las maikos es rojo y blanco, por uno completamente blanco, como el que usan las geishas. El tipo de kimono, la peluca y los accesorios también cambian a partir de este momento.

El Mizuage: Históricamente, la transición de maiko a geisha también estaba asociada a la práctica del mizuage, un ritual que generaba controversia por su naturaleza. El mizuage consistía en que un danna o patrocinador pagaba por el derecho de tener la primera relación sexual con la maiko. Esta práctica, si bien se considera ilegal en el Japón contemporáneo, aún genera debate sobre si realmente ha desaparecido por completo.

El Hiki-Iwai: Cuando una geisha decide retirarse, generalmente una vez que ha saldado la deuda con la okiya por su formación, se celebra la ceremonia del hiki-iwai. Esta ceremonia marca el retiro formal de la profesión y el inicio de una nueva etapa en la vida de la geisha. El nombre hace referencia a los pequeños obsequios que la geisha entrega a sus clientes, a su okiya y compañeras de oficio como muestra de gratitud. Durante el hiki-iwai, la geisha ya no lleva su elaborada vestimenta y maquillaje, sino un kimono sencillo y un maquillaje normal. A partir de este momento, la geisha puede optar por vivir una vida normal fuera del hanamachi (distrito de geishas), pero algunas permanecen vinculadas a su comunidad como mentoras o maestras para las nuevas generaciones. Otras, en cambio, eligen explorar nuevos caminos, llevando consigo la gracia, la sabiduría y las habilidades aprendidas durante su tiempo como geishas.

La estética de la geisha: kimono, maquillaje y accesorios

geisha en japón

La apariencia de una geisha es una parte integral de su arte y está llena de simbolismo y significado cultural. Cada elemento, desde el kimono hasta el maquillaje y los accesorios, está cuidadosamente elegido para reflejar su estatus, la ocasión y la estación del año.

El kimono: El kimono de una geisha es una obra de arte en sí mismo. Los patrones, colores y telas varían según la ocasión y la estación. Las maikos usan kimonos vibrantes con mangas largas llamadas «furisode», mientras que las geishas experimentadas usan kimonos más sobrios con mangas cortas.

El obi: El obi es el cinturón ancho que se ata alrededor del kimono y es una parte esencial del atuendo de la geisha. El obi es atado de diferentes maneras, cada una con su propio significado y ocasión. Para las maikos, el obi se ata en un lazo largo y elaborado llamado «darari obi», que cuelga casi hasta los pies. Las geishas mayores usan obis atados en estilos más simples y elegantes.

Los zapatos: Las geishas tradicionalmente usan geta o zori, que son sandalias de madera elevadas. Los geta tienen dos bloques de madera debajo, mientras que los zori son más planos. El sonido de las geta al caminar es distintivo y se considera parte del encanto de una geisha.

El maquillaje: El maquillaje de una geisha es una de sus características más reconocibles. La base blanca, llamada «oshiroi», se aplica en la cara, cuello y parte superior de la espalda para crear un lienzo blanco puro. Los labios se pintan en rojo carmesí, pero no se rellenan por completo, dejando un espacio en el centro para crear la ilusión de una boca más pequeña. Los ojos se delinean en negro y se acentúan con sombras rojas. Las cejas también se pintan en negro y se arquean para dar una expresión elegante. El maquillaje de las maikos es más elaborado que el de las geishas mayores. Por ejemplo, las maikos solo se pintan el labio inferior de rojo, mientras que las geishas se pintan ambos labios.

El peinado: El peinado de una geisha es una parte importante de su imagen general. Las geishas y maikos usan pelucas elaboradas llamadas «katsura», hechas de cabello humano. El estilo del peinado varía según el estatus y la ocasión. Las maikos usan peinados más elaborados con adornos para el cabello llamados «kanzashi», que son flores de seda, peines ornamentales y horquillas. Las geishas mayores usan peinados más simples y elegantes. Los kanzashi son particularmente importantes para las maikos, ya que no solo reflejan la estación del año, sino también las etapas de su aprendizaje.

Otros accesorios: Las geishas también usan otros accesorios para complementar su atuendo, como sombrillas, abanicos y bolsos pequeños llamados «hakoseko». Las sombrillas protegen a las geishas del sol y la lluvia, y también agregan un toque de elegancia a su apariencia. Los abanicos, por otro lado, son un accesorio multifuncional. Se usan no solo para refrescarse, sino también como una extensión de su arte en las actuaciones.

Historia y evolución de las geisha en Japón

Para comprender la historia de las geishas, es fundamental reconocer el componente de fantasía y romance que envuelve su existencia, lo que dificulta separar la realidad de la ficción. Desde sus orígenes hasta la actualidad, las geishas han sido objeto tanto de admiración como de malentendidos, ocupando un lugar único en la cultura japonesa.

Orígenes humildes: Las raíces de las geishas se remontan al siglo XVII en Japón, durante el periodo Edo. Inicialmente, los primeros geishas eran hombres, conocidos como taikomochi u odoriko, quienes entretenían a los clientes en casas de té con música, baile y chistes. Más tarde, a mediados del siglo XVIII, surgieron las primeras geishas mujeres en las ciudades de Edo (actual Tokio), Osaka y Kioto. Estas mujeres, provenientes de familias pobres, se veían obligadas a buscar trabajo en las casas de té como sirvientas o artistas.

El auge del «mundo flotante»: Con el tiempo, las geishas comenzaron a adquirir mayor reconocimiento por sus habilidades artísticas y su refinamiento. Los barrios de placer o «mundo flotante» (ukiyo) se convirtieron en centros de cultura y entretenimiento donde las geishas encontraron un espacio para prosperar. En este contexto, las cortesanas (oiran) eran las estrellas principales, ofreciendo compañía y romance a la élite. Sin embargo, las oiran solo estaban al alcance de nobles y samuráis, mientras que las geishas, más accesibles, se popularizaron entre los comerciantes adinerados.

Geishas vs. cortesanas: Aunque en el pasado las líneas entre geishas y cortesanas no siempre eran claras, es importante destacar que las geishas, en teoría, se especializaban en el arte y la conversación, mientras que las cortesanas ofrecían servicios sexuales.

La decadencia de las cortesanas: A finales del periodo Edo, con la decadencia de la clase samurái y el fin del sistema feudal, las cortesanas perdieron su estatus privilegiado. Fue en este momento cuando las geishas tomaron el relevo, convirtiéndose en las principales artistas y acompañantes en los barrios de placer.

La posguerra y la modernidad: Tras la Segunda Guerra Mundial, Japón experimentó una profunda transformación social y económica. La prostitución fue prohibida en 1956, y la imagen de las geishas se vio afectada por la confusión con las prostitutas que, durante la ocupación estadounidense, ofrecían sus servicios haciéndose pasar por geishas.

El declive y la búsqueda de la supervivencia: En la actualidad, las geishas enfrentan numerosos desafíos:

  • La modernización de la sociedad japonesa.
  • La competencia de otras formas de entretenimiento.
  • El alto costo de su formación y estilo de vida.
  • La disminución del número de jóvenes que desean dedicarse a esta profesión.

A pesar de las dificultades, las geishas siguen siendo un símbolo de la cultura japonesa y un atractivo para el turismo de alto nivel. Las geishas modernas han tenido que adaptarse a los tiempos, utilizando redes sociales para promocionarse y buscando nuevas formas de preservar su tradición. Sin embargo, la supervivencia de esta antigua profesión depende, en gran medida, del interés y el apoyo de las nuevas generaciones.

Desmitificando a las geishas: mitos y realidades

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A lo largo de los años, se han tejido numerosos mitos y malentendidos en torno a las geishas, a menudo alimentados por la visión occidentalizada y exótica de su mundo. Es crucial desentrañar estos mitos para comprender la verdadera naturaleza de su arte y su rol en la sociedad japonesa.

Mitos sobre la sexualidad: Uno de los mitos más persistentes es la asociación de las geishas con la prostitución. Si bien históricamente existieron vínculos con los barrios de placer, y en el pasado algunas geishas ofrecían servicios sexuales como parte de su trabajo, esta no era la esencia de su profesión. Las geishas, en teoría, se enfocaban en el entretenimiento a través de las artes tradicionales y la compañía refinada.

Diversos factores contribuyeron a la confusión entre geishas y prostitutas:

  • La opacidad del «mundo flotante» y la ambigüedad de los roles en los barrios de placer.
  • La propaganda durante la Segunda Guerra Mundial, que buscaba desmoralizar al enemigo presentando a las geishas como prostitutas.
  • La ocupación estadounidense de Japón, durante la cual muchas prostitutas se hicieron pasar por geishas para ofrecer sus servicios a los soldados.
  • La influencia de la literatura y el cine occidental, que a menudo retrataba a las geishas como figuras eróticas y misteriosas, perpetuando estereotipos.

La realidad de las geishas: Las geishas, tanto en el pasado como en la actualidad, son artistas altamente capacitadas que dedican años a perfeccionar su oficio. Su entrenamiento incluye disciplinas como:

  • Danza tradicional japonesa.
  • Música (tocando instrumentos como el shamisen y el koto).
  • Ceremonia del té.
  • Caligrafía.
  • Poesía.
  • Conversación (incluyendo etiqueta y temas de actualidad).

Mitos sobre las restricciones: Otro mito común es que las geishas no pueden casarse. Si bien tradicionalmente la vida de una geisha limitaba las posibilidades de matrimonio, debido a la dedicación que la profesión exigía, en la actualidad las geishas tienen mayor libertad para elegir su camino. Las geishas independientes o «jimae», por ejemplo, gestionan sus propias carreras sin estar ligadas a una okiya, lo que les permite tener mayor control sobre su vida personal.

Clientes y relaciones: También se suele pensar que los clientes de las geishas solo son hombres. Sin embargo, en el Japón moderno, las geishas entretienen a grupos mixtos y a mujeres en diversos eventos.

¿Cuáles son los requisitos y entrenamiento para convertirse en Geisha?

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Convertirse en geisha es un viaje de dedicación, disciplina y riguroso aprendizaje de las artes tradicionales japonesas. El proceso comienza en la juventud y requiere años de intensa formación para dominar las complejas habilidades y la etiqueta que definen la profesión.

La búsqueda de una okiya: El primer paso para una aspirante a geisha es encontrar una okiya, que es una casa especial donde viven y entrenan las geishas y sus aprendices (maiko). Las okiya están a cargo de una okaasan («madre»), una geisha retirada que supervisa la formación y el bienestar de las chicas. La aspirante debe ser aceptada por una okaasan y su okiya.

Requisitos
  • Voluntad y determinación: No se requieren habilidades previas en artes o talentos especiales. Lo más importante es la dedicación y el compromiso con el aprendizaje.
  • Edad: Tradicionalmente, el entrenamiento comenzaba a los 12 años, pero hoy en día, las jóvenes comienzan a los 15 o 16 años, tras finalizar la secundaria obligatoria.
  • Compromiso financiero: La okiya proporciona alojamiento, comida y formación a las aprendices, pero los costos del sofisticado vestuario y los accesorios son elevados y se consideran una inversión que la aprendiz deberá saldar en el futuro.
Etapas del entrenamiento
  1. Formación inicial: Al ingresar a la okiya, las aspirantes pasan entre 6 meses y un año bajo un estricto entrenamiento, aprendiendo los fundamentos de las artes tradicionales.
  2. Aprendizaje como maiko: Tras la formación inicial, las aprendices se convierten en maiko y comienzan a acompañar a las geishas experimentadas a eventos y banquetes, aprendiendo observando y asistiendo. También continúan su formación en danza, música, ceremonia del té, conversación y etiqueta.
  3. Ceremonia del Erikae: Alrededor de los 20 años, la maiko realiza la ceremonia del Erikae, marcando su transición a geisha. Esta ceremonia simboliza su madurez y el reconocimiento de sus habilidades. Durante el Erikae, la maiko cambia el cuello rojo y blanco de su kimono por uno completamente blanco. El estilo de kimono, la peluca y los accesorios también cambian, reflejando su nuevo estatus.
  4. Vida como geisha: Una vez convertida en geisha, continúa perfeccionando sus habilidades y participa en eventos, banquetes y fiestas, ofreciendo entretenimiento a los clientes.
Aspectos adicionales del entrenamiento
  • Disciplina y etiqueta: El entrenamiento de una geisha no solo se centra en las artes, sino también en la disciplina, la etiqueta y el refinamiento personal. Aprenden a caminar con gracia, a comportarse con elegancia y a conversar con inteligencia y sutileza.
  • Dominio del dialecto local: En Kioto, las aprendices provenientes de otras regiones deben dominar el dialecto local como parte de su formación.
  • Sistema de aprendizaje jerárquico: Similar a los teatros tradicionales de kabuki y Noh, las casas de geishas utilizan un sistema jerárquico para guiar a las maiko en su camino hacia la maestría.

La exgeisha que se hizo youtuber: KimonoMom

Un caso particular en el mundo de las geisha es el de Kimono Mom. Moe es una influencer con miles de seguidores de seguidores en todo el mundo que muestra su experiencia como exgeisha y actual madre. Su cuenta de YouTube, que comenzó como una forma de mostrar su amor por la cultura japonesa y la tradición de vestir kimono, rápidamente se convirtió en un fenómeno. Kimono Mom no solo muestra cómo se lleva el kimono de manera tradicional, sino que también lo combina con su vida cotidiana como madre y mujer moderna, lo que ha atraído a una audiencia global que aprecia tanto su elegancia como su autenticidad. Su enfoque único para enseñar sobre la vestimenta tradicional japonesa, a través de tutoriales y vlogs familiares, ha logrado conectar con personas de diferentes culturas, interesadas en aprender más sobre Japón.

Además de su popularidad en YouTube, Kimono Mom ha utilizado las redes sociales para compartir su experiencia como madre en Japón, incluyendo aspectos de su crianza y su rutina diaria. A través de sus publicaciones, ha logrado desafiar estereotipos sobre las mujeres y la maternidad en Japón, mostrando que se puede ser tradicional y moderna al mismo tiempo.

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3 respuestas a «Todo sobre las geisha, el gran misterio de Japón»

  1. […] ya que muchas de ellas trabajan en los establecimientos del callejón. Si tienes la suerte de ver a una geisha, recuerda ser respetuoso y evitar tomar fotos o […]

  2. […] dos sesiones fotográficas en Kioto con Gion Aya y Studio Esperento. Una fue una experiencia tradicional de geisha y la otra un estilizado look de oiran en kimono. Estas experiencias únicas enriquecieron mi viaje […]

  3. […] de las tres artes clásicas de refinamiento en Japón, junto con el ikebana (arreglo floral) y el chadō (ceremonia del té). A diferencia de la simple quema de incienso para perfumar un ambiente, el kōdō busca una […]