Origami fácil: cómo hacer la rana saltarina

La rana saltarina es uno de los proyectos de origami más fáciles y divertidos. Ideal para los chicos

rana de origami

¡Bienvenidos a una actividad llena de creatividad y diversión! En este video, te enseñaremos cómo hacer una rana saltarina de origami, un proyecto ideal para disfrutar con los niños. Además de ser entretenido, el origami ayuda a desarrollar la motricidad fina y fomenta la concentración en los más pequeños. Solo necesitas una hoja de papel y muchas ganas de pasar un buen rato creando algo mágico con tus manos.

Sigue el paso a paso y verás cómo tu rana cobrará vida con unos simples pliegues. Una vez lista, podrás hacerla saltar y competir para ver quién logra que su rana llegue más lejos. ¡Es la combinación perfecta de arte y juego! Así que prepara tu papel, reúne a los chicos, y acompáñanos en esta aventura de origami que seguro llenará de risas y diversión tu hogar.

Requisitos

Para hacer a la rana saltarina de origami necesitaremos una hoja de papel de origami de 15 x 15 cm.

Dificultad

La rana saltarina de origami es un proyecto muy simple y divertido. Ideal para hacer con chicos.

En Japón, las ranas tienen un profundo significado cultural y espiritual, que las vincula tanto con las tradiciones como con las creencias cotidianas. Su nombre en japonés, «kaeru» (蛙), se pronuncia igual que el verbo «regresar» (帰る), lo que las convierte en un símbolo de retorno y protección en los viajes. Por esta razón, es común que los viajeros lleven pequeños amuletos de ranas, confiando en que les asegurarán un regreso seguro a casa. Esta asociación con el regreso no solo se limita al plano físico, sino que también puede interpretarse como la recuperación de cosas importantes, como la salud, la prosperidad o la felicidad.

Además, las ranas son vistas como portadoras de buena fortuna y prosperidad. Se cree que tener figuras o representaciones de ranas en el hogar puede atraer riqueza o cosas positivas de vuelta. En el arte y la poesía japonesa, las ranas también ocupan un lugar especial. Un ejemplo notable es el haiku del poeta Matsuo Bashō, que captura la esencia de la naturaleza con el simple acto de una rana saltando al agua. Este poema no solo celebra la belleza de lo cotidiano, sino que refleja la conexión espiritual de los japoneses con su entorno. Así, las ranas en Japón son mucho más que animales; son símbolos de protección, fortuna y armonía con la naturaleza.

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