El origami es una actividad que combina diversión y creatividad, y hoy te invitamos a crear una simpática carita de mono con una hoja de papel. Este diseño es sencillo y perfecto para niños y principiantes que quieran iniciarse en el arte del plegado. Con unos pocos dobleces, podrás dar vida a un tierno mono que puede usarse como decoración, marcador de libros o incluso como un regalo especial hecho a mano.
En el video que acompaña este post, te mostraremos paso a paso cómo doblar el papel para formar las orejas, la carita sonriente y los detalles que hacen único a este mono. Todo lo que necesitas es una hoja cuadrada, preferiblemente de color marrón o beige, para que luzca como un auténtico amiguito de la selva. ¡Manos a la obra y a disfrutar del origami!
Requisitos
Para hacer la cara del mono de origami necesitaremos una hoja de papel de origami de 15 x 15 cm. Para un mejor efecto, lo ideal es que el papel tenga un color diferente en cada cara.
Dificultad
El monito de origami es muy fácil, ideal para los chicos. Se hace en menos de dos minutos.
Los monos tienen un papel destacado en la cultura y la naturaleza de Japón, siendo protagonistas tanto en su vida silvestre como en su simbolismo cultural. En el archipiélago, los macacos japoneses, conocidos como nihonzaru, son una especie icónica. Estos monos, famosos por su resistencia al frío y su hábito de sumergirse en aguas termales en regiones como Nagano, simbolizan la adaptabilidad y la conexión armoniosa con el entorno. En su hábitat natural, los macacos son considerados una parte esencial del ecosistema japonés, aunque también son vistos como un desafío en las zonas agrícolas debido a su ingenio para obtener alimentos.
- Hojas de papel de morera fina, diseño artesanal, hechas a mano, hojas de papel de morera, productos de Tailandia, fabric…
- Tamaño aproximado: 21 x 29,7 cm, A4
- 50 hojas, material: árbol de moras de fibra natural, hojas de tamarindo de fibra natural, cáscara teñida, hojas de mango…
En el ámbito cultural, los monos tienen profundas raíces en la tradición japonesa. En la religión sintoísta, son vistos como mensajeros de los kami (dioses) y guardianes de templos, como en el famoso santuario de Nikko, hogar de las icónicas figuras de los tres monos sabios: Mizaru, Kikazaru y Iwazaru, que representan los principios de «no ver el mal, no escuchar el mal y no hablar el mal». Además, los monos aparecen en numerosos cuentos populares, obras de arte y refranes que reflejan su dualidad: seres inteligentes y astutos, pero también traviesos y a veces impredecibles. Este vínculo entre los monos, la naturaleza y la cultura es un recordatorio del equilibrio que define la relación de Japón con su entorno y su herencia espiritual.
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