Ubicada en el corazón de Japón, la ciudad de Nara se erige como un testimonio vivo de la rica herencia cultural y espiritual del país. Con una historia que se remonta a siglos atrás, Nara se presenta como un crisol de tradiciones, arquitectura antigua y belleza natural, cautivando a los visitantes con su encanto atemporal.
El corazón de la ciudad es el emblemático Parque Nara, una extensión de ocho kilómetros cuadrados que alberga tesoros históricos como el Todaiji Temple, el Kohfukuji Temple y el Kasugataisha Shrine. Este parque no solo es hogar de imponentes estructuras, sino también de cerca de 1,200 ciervos que deambulan libremente, recordando una era en la que eran considerados sagrados.
¿Cuántos días hay que pasar en Japón?: guía para planificar tu primer viaje
El Todaiji Temple, una de las joyas arquitectónicas de Japón, se erige majestuosamente con su Gran Puerta del Sur y el Gran Salón del Buda, que alberga la estatua del Gran Buda, la más grande de Japón. El aura de serenidad que emana de este templo transporta a los visitantes a épocas pasadas, marcadas por la búsqueda de la paz en tiempos tumultuosos.
A medida que se explora más allá del Todaiji Temple, Nara despliega su encanto en lugares como el pintoresco pueblo de Imaicho, una reliquia de la era Edo, con sus calles empedradas y tradicionales casas y tiendas. El viaje continúa hacia el valle de Mitarai, un rincón natural de belleza incomparable, conocido por sus senderos de senderismo y cascadas dramáticas.
Desde el paisaje urbano de Dorogawa Onsen hasta el santuario Ohmiwa Jinja, considerado el más antiguo de su tipo en Japón, Nara ofrece una experiencia inigualable. Cada rincón de la ciudad cuenta historias de deidades, antiguas tradiciones y momentos trascendentales.
Descubrir Nara es sumergirse en la esencia misma de la historia japonesa, donde la serenidad de sus templos, la majestuosidad de sus paisajes y la gracia de sus ciervos crean un tapiz inolvidable de experiencias culturales.
Las 10 maravillas para visitar en Nara
Parque Nara
- El Parque Nara abarca aproximadamente ocho kilómetros cuadrados y alberga sitios destacados como el Templo Todaiji, el Templo Kohfukuji y el Santuario Kasugataisha, además de museos y alrededor de 1,200 ciervos. Se puede disfrutar de agradables paseos entre ciruelos y cerezos en primavera, así como hermosas hojas multicolores en otoño. Los ciervos, aunque ahora ya no son sagrados, siguen siendo protegidos en Nara.
Templo Todaiji
- Uno de los templos más impresionantes de Japón, con la Gran Puerta del Sur, las esculturas Nio, y el Gran Salón del Buda. Este último alberga la estatua del Gran Buda, la más grande de Japón, con 15 metros de altura.
Naka-senbon
- La zona intermedia de la Montaña Yoshino, conocida como Naka-Senbon, ofrece vistas impresionantes en primavera y otoño, siendo hogar de templos como Kinpusenji y el Santuario Yoshimizu-jinja.
Pueblo de Imaicho
- Imaicho es un pueblo Edo bien conservado con alrededor de 500 casas y tiendas tradicionales. Explora sus calles históricas y visita templos cercanos como Kashihara Jingu.
Valle de Mitarai
- Este valle natural destaca por sus senderos de senderismo, cascadas dramáticas y un puente colgante. Conocido por su follaje otoñal, es uno de los lugares más destacados de la región.
Paisaje Urbano de Dorogawa Onsen
- Este pequeño pueblo de aguas termales ofrece una experiencia relajante y tradicional. Las aguas termales provienen del sagrado Monte Omine, y el pueblo cuenta con tiendas y ryokan centenarios.
Santuario Ohmiwa Jinja
- Considerado el santuario shinto más antiguo de Japón, Ohmiwa-jinja se encuentra en un bosque de cedros. Su atmósfera mística y leyendas lo hacen único.
Todaiji Manto Kuyoe
- Cada año, el 15 de agosto, el Templo Todaiji realiza la «Ceremonia de las 10,000 Luces» para guiar a los espíritus de regreso al más allá durante Obon.
Templo Murouji
- Ubicado en un hermoso bosque, Murouji es conocido por su pagoda de cinco pisos y su ambiente fresco incluso en verano. Es un lugar popular entre las mujeres y ofrece una experiencia tranquila.
Sasayuri Ann
Una lujosa villa renovada del periodo Edo, rodeada de arrozales y vistas a la montaña. Ofrece una escapada única con actividades personalizadas y una vista impresionante.
Fuente: Visit Nara
Deja una respuesta