España, con sus distintas regiones y microclimas, ofrece espectáculos naturales que capturan la esencia de cada estación. Entre ellos, la floración de los cerezos (sakura) es un fenómeno que, año tras año, convoca a admiradores de la naturaleza y la fotografía. Aunque sujeta a las variaciones climáticas, esta floración se anticipa entre marzo y abril, pero en ocasiones puede retrasarse.
Desde la festividad en el Valle del Jerte hasta la tranquilidad de la Sakura gallega en Chantada, pasando por emblemáticas ferias como la de Bolea en Huesca, la flor de cerezo o sakura adorna con su presencia rincones españoles. A continuación, exploramos seis enclaves donde este fenómeno se manifiesta en todo su esplendor.
Valle del Jerte: una fiesta entre flores blancas del cerezo en España
El Valle del Jerte, en Cáceres, Extremadura, se corona como el destino principal para quienes deseen sumergirse en un mar de flores blancas. Con más de un millón y medio de cerezos, el valle celebra su Fiesta del Cerezo en Flor, reconocida por su importancia cultural y turística, ofreciendo un variado programa de actividades que ensalzan la belleza del fenómeno.
Corullón: tradición y naturaleza en León
En Corullón, León, la floración se entreteje con la arquitectura y las labranzas tradicionales. Rutas circulares como las de San Juan y San Martín invitan a recorridos accesibles para disfrutar del paisaje pintoresco que los cerezos en flor aportan a la región.
Valle de las Caderechas: el bosque de Burgos se viste de gala
El Valle de las Caderechas en Burgos se convierte en un destino predilecto a partir de mediados de abril. Aquí, los cerezos se mezclan con los bosques autóctonos, brindando un espectáculo que trasciende la simple floración para convertirse en un diálogo armónico entre flora diversa.
Bolea: la feria de la Cereza en Huesca
Bolea es conocida por su Feria de la Cereza, un evento que celebra la variedad y la calidad de este fruto con actividades que van más allá de la simple venta. Aquí, la floración es el preludio de una temporada de festividad y sabor.
Alfarnate: la axarquía malagueña y su ruta de las Pilas
En Alfarnate, Málaga, la altitud del municipio añade un matiz singular a la floración de los cerezos. Siguiendo la ruta de senderismo de las Pilas, los visitantes pueden disfrutar tanto del patrimonio natural como del etnográfico, en un recorrido que fusiona cultura y naturaleza.
Chantada: la Sakura gallega al borde del Río Miño
Finalmente, Chantada, en Lugo, se distingue por su comparación con la sakura japonesa. Las orillas del río Miño se adornan con la flor de cerezo, proporcionando una vista sin igual que se suma a la riqueza vinícola y paisajística de la Ribeira Sacra.
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