Evangelion 3.0 You Can (Not) Redo: Análisis completo de la película

Evangelion 3.0 empieza muy fuerte y entrega una de las mejores películas de la saga de Hideaki Anno

Evangelion 3.0 You Can (Not) Redo: Análisis completo de la película

En Evangelion: 3.0 You Can (Not) Redo, Studio Khara lleva su ambicioso proyecto Rebuild of Evangelion a un territorio inexplorado, rompiendo con la estructura y el canon de la serie original para ofrecer una experiencia completamente nueva y desconcertante. Cuando pensamos en Evangelion, solemos evocar imágenes de mechas colosales, adolescentes atormentados y una trama que oscila entre la ciencia ficción y el existencialismo. Sin embargo, esta tercera parte abandona gran parte de esas certezas: aquí no hay reclamos de destino ni batallas por la supervivencia del género humano en el sentido más clásico. En su lugar, se nos plantea un universo fragmentado donde el tiempo ha transcurrido sin nuestro protagonista y los pilares gemelos de la narrativa (Shinji Ikari y NERV) se han visto reemplazados por un grupo de supervivientes guiados por una Misato Katsuragi convertida en capitana de una flota de resistencia llamada Wille.

Esta película no es la que creías que verías. Al comenzar, asistimos al rescate de un Shinji congelado durante catorce años a bordo del EVA-01. Esa decisión, que podría interpretarse como un simple recurso argumental, funciona como metáfora de la necesidad de soltar el pasado para enfrentarse a un presente hostil. A partir de ahí, la dirección de Kazuya Tsurumaki y el guion de Hideaki Anno trabajan en contrapunto: mientras la acción se espesa y las incógnitas se multiplican, la banda sonora de Shiro Sagisu se encarga de subrayar cada giro dramático con coros solemnes y arreglos orquestales que, sin ser tan notorios como en anteriores entregas, mantienen el listón alto.

Un replanteamiento radical de la trama

A diferencia de Evangelion: 2.0 You Can (Not) Advance, donde los guionistas se permitían añadir nuevos personajes y escenas sin traicionar el alma de la serie de los noventa, 3.0 tira el manual por la ventana. El film arranca con la destrucción causada por el Tercer Impacto (desencadenado en la escena postcréditos de la entrega anterior) y nos sitúa en un mundo fracturado, dividido entre la nefasta NERV y la organización Wille. Este enfoque otorga la capacidad de explorar las consecuencias a largo plazo de las decisiones de Shinji, algo que en la serie original apenas se atisbaba. La fragmentación temporal y espacial sirve para desmontar la mitología clásica y reconstruirla con piezas nuevas: ecos de la serie, flashes de la película End of Evangelion y referencias enigmáticas a un futuro incierto.

En términos de ritmo narrativo, el largometraje abraza la lentitud meditativa. Los primeros veinte minutos son casi oníricos: cielos desolados, paisajes vacíos y planos de EVA-01 suspendido en la nada. Esta estética pausada contrasta deliberadamente con la sensación de urgencia que caracteriza a gran parte de la saga, y obliga al espectador a adoptar la misma confusión y pérdida que Shinji experimenta al despertar.

Evolución y sutileza en los personajes

Uno de los grandes aciertos de 3.0 es permitir que los personajes crezcan sin la sombra de Shinji. Misato Katsuragi, que en la serie original navegaba entre su rol de tutora y el peso de sus propios traumas, aquí emerge como una líder militar implacable, capaz de tomar decisiones frías por el bien de la humanidad. Su arco recuerda más a una guerrera curtida que a la joven impulsiva de antaño, y esa transformación está justificada tanto por la elipsis temporal como por las revelaciones sobre SEELE.

Asuka Langley Shikinami, por su parte, reaparece convertida en una mujer de veintiocho años. Su acostumbrada arrogancia adolescente se funde con una melancolía tardía: siente el hastío que provoca ver a un Shinji que no ha dejado atrás sus miedos. Esa dinámica de “hermana mayor” rompe con la tensión romántica clásica y nos regala escenas en las que Asuka ejerce de guía, reprochando la incapacidad de Shinji para asumir responsabilidades. En contraste, Mari Makinami Illustrious, la incorporación Rebuild por excelencia, mantiene su papel de enigma: divertida y desequilibrada en combate, pero con un trasfondo que se intuye complejo. Su presencia promete un tercer acto donde su verdadera relevancia verá la luz.

Rei Ayanami, en cambio, aparece relegada a un papel secundario, casi como símbolo espectral. Su evolución (tan notable en 2.0) se detiene aquí, generando la sensación de que guarda secretos fundamentales para el desenlace. Esa ausencia de protagonismo refuerza la idea de que You Can (Not) Redo es, ante todo, la historia de Shinji y Kaworu.

Kaworu: el epicentro emocional

Donde la película realmente brilla es en la expansión de la figura de Kaworu Nagisa. En la serie original, su aparición era fugaz y su mensaje, ambiguo; aquí, su rol se magnifica hasta convertirse en el motor emocional del relato. Kaworu actúa como contrapunto a la desesperanza: encarna la idea de “repetir para corregir”, de rehacer lo errado. Su amistad con Shinji no solo humaniza al niño que se enfrenta al horror de un mundo postapocalíptico, sino que plantea preguntas sobre la naturaleza del apego y la fe. Gracias a este vínculo, el espectador experimenta un arco de catarsis mucho más profundo que en entregas previas.

Temas centrales: redención, culpa y libre albedrío

La premisa de rehacer el pasado está presente en cada fotograma. Shinji carga con la culpa del Tercer Impacto y, en su afán por enmendarlo, se enfrenta a la paradoja de un mundo que ha seguido adelante sin él. El film reflexiona sobre cómo las decisiones individuales repercuten a escala global y cuestiona si realmente podemos “corregir” errores tan monumentales. En este sentido, la película se erige como un tratado sobre el libre albedrío: ¿es Shinji autor de su destino, o simplemente una pieza de un plan más grande? Los personajes secundarios (Misato, Asuka, Mari y Rei) ofrecen múltiples perspectivas sobre la posibilidad de redención y los límites de la responsabilidad.

Impacto visual y sonoro

El apartado técnico de 3.0 combina con destreza animación tradicional y CGI. Las escenas de combate (particularmente el clímax final) resultan espectaculares: coreografías de mechas en entornos devastados, ángulos imposibles y una dirección artística que homenajea el mejor mecha-gótico. Sin embargo, el acto intermedio padece cierto estancamiento visual: fondos menos detallados y planos estáticos que contrastan con la energía de la primera y tercera parte. En el plano sonoro, Shiro Sagisu no reinventa su fórmula, pero se mantiene efectivo: el coro celestial y los timbales estruendosos refuerzan la tensión, mientras que Sakura Nagashi de Utada Hikaru cierra con un lamento melancólico y poético.

Especulaciones sobre la cuarta entrega

Evangelion: 3.0 You Can (Not) Redo termina en un punto álgido, sin cerrar ninguna de sus tramas principales. El mosaico de alianzas rotas, traiciones y el destino incierto de sus personajes invita a pensar que la película final será una confrontación épica, tanto a nivel narrativo como filosófico. ¿Veremos la reconstrucción de la humanidad? ¿O asistiremos a un derrumbe definitivo de la realidad? Las pistas están ahí: la ambigüedad de Kaworu, el papel de SEELE y la evolución de Mari sugieren un desenlace plagado de giros inesperados.

Conclusión

Con una duración de 106 minutos, Evangelion 3.0 You Can (Not) Redo se siente tanto insuficiente como gigantesca: insuficiente porque deja innumerables preguntas sin respuesta, y gigantesca porque redefine la saga en cada fotograma. Al sacrificar la familiaridad por la audacia, Studio Khara demuestra que aún quedan territorios inexplorados en la psique de sus personajes y en la mitología de Evangelion. Puntuación: 8.0 – Gran film, que se erige como un hito de riesgo narrativo y deja el listón altísimo para el capítulo final.

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