El día que Sony y Philips se asociaron para crear el Compact Disc (CD)

El viaje del CD comenzó en Japón, un 1 de octubre de 1982, cuando Sony lanzó al mercado el primer reproductor de música en este formato, el CDP-101.

A finales de la década de 1970, tanto Philips como Sony estaban experimentando con prototipos de discos de audio digitales. Philips buscaba un sucesor para su cassette, mientras que Sony, bajo la dirección de Heitaro Nakajima, exploraba las posibilidades de la grabación digital de audio. En 1979, ambas empresas unieron fuerzas para crear un estándar unificado para el disco compacto. El disco compacto, más conocido como CD, ha sido uno de los inventos más revolucionarios en la historia de la música y el almacenamiento de datos. Su desarrollo marcó el inicio de la era digital en la industria musical, desplazando gradualmente al venerable disco de vinilo. Este artículo recorre los momentos clave en la historia del CD, desde sus inicios hasta su declive y resurgimiento.

La colaboración entre Sony y Philips en el desarrollo del CD

La historia del disco compacto (CD) es una historia de colaboración y competencia entre dos gigantes de la electrónica: Sony y Philips. A finales de la década de 1970, ambas empresas estaban investigando de forma independiente la tecnología de discos de audio digitales. Philips buscaba un sucesor para su Cassette Compacto, mientras que Sony, impulsado por la visión de Heitaro Nakajima, exploraba las posibilidades de la grabación digital de audio.

En 1978, el destino unió a estas dos empresas. Norio Ohga, ejecutivo de Sony, visitó la sede de Philips en Eindhoven, donde presenció una demostración del prototipo de disco ALP (Audio Long-Playing) de Philips. Este disco de 11.5 cm de diámetro, con una hora de reproducción, despertó el interés de Ohga, quien vio en él el potencial para reemplazar al disco de vinilo.

Sony y Philips decidieron unir fuerzas para desarrollar conjuntamente un estándar unificado para el disco de audio digital. En 1979, se formó un equipo conjunto de ingenieros liderado por Kees Schouhamer Immink y Toshitada Doi. Este equipo se embarcó en una intensa labor de investigación y debate, que culminó en la publicación del «Libro Rojo» en 1980, el cual establecía las especificaciones del formato CD-DA.

El proceso de desarrollo del CD estuvo marcado por intensas negociaciones entre Sony y Philips. Se discutieron aspectos cruciales como el tamaño del disco, la capacidad de almacenamiento, la frecuencia de muestreo y la corrección de errores. Sony abogó por una frecuencia de muestreo de 44.1kHz y 16 bits de resolución, mientras que Philips contribuyó con la modulación EFM (ocho a catorce) y Sony con el método de corrección de errores CIRC.

En 1980, Sony y Philips presentaron su propuesta de estándar para el CD en la Conferencia DAD (Digital Audio Disc), que reunía a 29 fabricantes de todo el mundo. El sistema de Sony y Philips compitió con otras propuestas, como la de JVC, pero finalmente se impuso como el estándar de facto para el CD.

Cómo Beethoven influyó en el tamaño de 12 cm del compact disc

Beethoven tuvo una influencia significativa en la creación del CD (Compact Disc) debido a la decisión de los ingenieros de Sony y Philips al definir la capacidad de almacenamiento de este formato en los años 80.

Cuando las dos empresas colaboraban en el desarrollo del CD, una de las principales consideraciones era la cantidad de información que este nuevo soporte debía ser capaz de almacenar. La historia cuenta que uno de los puntos clave en la determinación del tamaño de un CD fue la duración de la Novena Sinfonía de Beethoven.

sony cdp-101 el primer reproductor de cd de la historia

Akio Morita, cofundador de Sony, quería que el CD pudiera almacenar la versión completa de la Novena Sinfonía, que tiene una duración de aproximadamente 74 minutos, dependiendo de la interpretación. Esto se tomó como un estándar, ya que Morita consideraba que el CD debería ser capaz de albergar toda la obra sin interrupciones. Otras versiones sugieren que fue el propio Norio Ohga, también de Sony, el responsable de la idea.

Philips, que inicialmente había propuesto un CD de 60 minutos con un tamaño de 11.5 cm, aceptó la decisión de Sony de aumentar la capacidad del disco a 74 minutos, lo que llevó al diseño final de 12 cm de diámetro. Esta duración permitió no solo almacenar la obra de Beethoven, sino también posicionar al CD como un soporte ideal para la música clásica y cualquier álbum musical completo.

La influencia de la Novena Sinfonía de Beethoven en el diseño del CD fue simbólica, pero estableció un estándar que contribuyó al éxito del formato, ya que garantizaba la posibilidad de escuchar grandes obras musicales sin cortes, lo que hizo que el CD fuera un gran avance en la industria de la música.

El lanzamiento del CD

En octubre de 1982, Sony lanzó al mercado el primer reproductor de CD, el CDP-101, en Japón. Simultáneamente, CBS/Sony, la compañía discográfica de Sony, lanzó los primeros 50 títulos en formato CD. Aunque los reproductores de CD eran inicialmente costosos, su popularidad creció rápidamente gracias a la calidad de sonido superior y la mayor durabilidad del disco en comparación con el vinilo. Para 1988, las ventas de CD superaron las de los discos de vinilo en Estados Unidos.

Con el tiempo, el CD evolucionó para abarcar más que solo audio. En 1985, se presentó el CD-ROM, que adaptó el formato para almacenar datos informáticos. Posteriormente, surgieron formatos como el CD-R (grabable) y el CD-RW (regrabable), que permitieron a los usuarios crear sus propios discos. Otras variantes incluyen el Video CD (VCD) para vídeo, el Super Video CD (SVCD) para vídeo de mayor calidad, el Photo CD para fotografías, y el Super Audio CD (SACD) para audio de alta resolución.

La revolución del Discman: el D-50 y la popularización del CD

La introducción del D-50 por parte de Sony en 1984 marcó un punto de inflexión en la industria del audio. Este reproductor de CD portátil, del tamaño de una caja de CD, revolucionó la forma en que las personas consumían música, llevando la experiencia del CD más allá del hogar.

  • Impulso al mercado del CD: Antes del D-50, el mercado del CD se encontraba estancado. Los reproductores eran caros, atrayendo principalmente a audiófilos y entusiastas de la música clásica. El D-50, con su precio de 49.800 yenes, mucho más bajo que el de los reproductores existentes, abrió el acceso al CD a un público más amplio, impulsando las ventas y reavivando la industria.
  • Creación del mercado de reproductores de CD portátiles: El éxito del D-50 llevó a la creación de un nuevo mercado para reproductores de CD portátiles, popularmente conocidos como «Discman». Esta nueva categoría de productos permitió a los usuarios disfrutar de la calidad de sonido del CD en cualquier lugar, tal como lo hacía el Walkman con las cintas de cassette.
  • Presión a la competencia: La popularidad del D-50 obligó a otros fabricantes de equipos de audio a reducir los precios de sus reproductores de CD para seguir siendo competitivos. Esto benefició a los consumidores, que ahora tenían acceso a una mayor variedad de opciones a precios más asequibles.
  • Aumento en la producción de títulos de CD: Con la expansión del mercado del CD, las compañías discográficas respondieron aumentando la producción de títulos en este formato. La mayor disponibilidad de música en CD contribuyó aún más a su popularidad.
  • Las estrategias de Nobuo Kanoi: El éxito de Sony en el mercado del audio se vio reforzado por las estrategias de Nobuo Kanoi, quien dirigía el Grupo Empresarial de Audio. Kanoi se enfocó en desarrollar productos de alta calidad a precios accesibles, impulsando la eficiencia en el diseño y la producción.

El éxito de la PlayStation de Sony

La llegada del CD (Compact Disc) fue un factor crucial en el éxito de la primera PlayStation de Sony, lanzada en 1994. Antes de su lanzamiento, la mayoría de las consolas de videojuegos dependían de cartuchos, que tenían limitaciones en cuanto a capacidad de almacenamiento y costos de producción. Sony revolucionó la industria al optar por los discos compactos, lo que permitió a los desarrolladores de juegos explorar nuevas posibilidades creativas.

El CD ofrecía una capacidad de almacenamiento mucho mayor que los cartuchos tradicionales, alcanzando hasta 700 MB. Esto permitió a los desarrolladores incluir gráficos más detallados, mundos de juego más extensos y bandas sonoras de mayor calidad. Gracias al espacio adicional, los juegos de la PlayStation pudieron incorporar cinemáticas y efectos de sonido de alta fidelidad, brindando una experiencia más inmersiva que la competencia.

Además, los CDs eran más baratos de producir que los cartuchos, lo que permitió a Sony ofrecer los juegos a un precio más competitivo. Esto atrajo a más desarrolladores externos, quienes encontraron en la PlayStation una plataforma accesible para lanzar sus títulos. Esta amplia oferta de juegos fue clave para la popularidad de la consola.

La elección del CD también facilitó la distribución de juegos, ya que era un formato ampliamente adoptado para la música y el software, lo que simplificó la logística de producción y venta. Así, el uso del CD no solo amplió las posibilidades técnicas de los juegos, sino que también ayudó a consolidar la posición de la PlayStation en el mercado de consolas, marcando el inicio de la era de los videojuegos en CD-ROM y convirtiendo a Sony en un actor fundamental en la industria del entretenimiento.

El ocaso del disco compacto: la convergencia de internet y la música digital

El reinado del CD, a pesar de su brillante comienzo y su impacto revolucionario en la industria musical, no duró para siempre. A partir de la década de 2000, el formato comenzó a experimentar un declive que lo llevaría a la sombra del mundo digital. La proliferación de internet, junto con la aparición de tecnologías de compresión de audio como MP3, facilitó la distribución rápida y sencilla de música digital. Los usuarios encontraron una alternativa seductora en la descarga y el intercambio de archivos musicales, a menudo gratuitos, lo que minó la necesidad de comprar CDs.

La transformación se intensificó con la llegada de plataformas de streaming como iTunes y Spotify. Estas plataformas, con sus vastos catálogos musicales disponibles por una tarifa mensual, hicieron que la compra de CDs individuales pareciera un método obsoleto. La comodidad de almacenar miles de canciones en dispositivos portátiles como reproductores MP3 y teléfonos inteligentes, y la posibilidad de acceder a la música en cualquier momento y lugar, consolidaron el cambio de paradigma.

La industria musical no tardó en sentir los efectos de esta revolución digital. Las ventas de CDs se desplomaron, afectando los ingresos de las compañías discográficas y los artistas. Best Buy, un gigante de la venta minorista, optó por reducir su enfoque en las ventas de CDs a medida que la demanda se evaporaba. Aunque el CD se aferró al mercado durante un tiempo, las empresas intentaron atraer a nuevos consumidores vendiendo CDs en lugares poco convencionales como farmacias y gasolineras, pero el avance de los teléfonos inteligentes y el acceso generalizado a internet convirtieron a la música digital en la norma, relegando al CD a un nicho cada vez más pequeño.

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Una respuesta a «El día que Sony y Philips se asociaron para crear el Compact Disc (CD)»

  1. […] Sony con el lanzamiento del Discman en 1984. Aunque inicialmente ambos dispositivos coexistieron, el CD prometía mejor calidad de sonido y mayor durabilidad que los casetes. Para mediados de los 90, el Discman había ganado considerable […]