Cuando uno se muda, es normal que quiera trasladar los servicios que ya tiene contratados. En mi caso quise hacer algo distinto, ya que si bien no tuve problemas durante un año con Fibertel (el combo Internet + TV Cable),las permanentes peleas del Grupo Clarín con el Gobierno Nacional terminaron por descartar esa idea para evitar males futuros como la “muerte” del servicio -por supuesto, nadie cree que suceda eso-.
Las alternativas a Fibertel no son muchas, por más que Julio De Vido insista que sí. Por un lado tenemos el combo de las telefónicas (Telefónica de Argentina y Telecom, con sus servicios Speedy y Arnet, respectivamente), Telecentro y los operadores de telefonía móvil 3G (Claro, Movistar, Personal). Para alguien como yo, que hace tiempo que no utiliza un teléfono fijo ni para pedir el delivery, solicitar el servicio de las telco es un derroche de recursos. Las operadoras de telefonía 3G serían una buena alternativa si no tuvieran esos límites de descarga mensuales. Fue así que opté por Telecentro, servicio amado y odiado en partes iguales por mucha gente y que ofrece la posibilidad de tener Internet, teléfono y tv por cable con el mismo abono.
La solicitud la realicé por teléfono el 4 de marzo. Tras cinco minutos de espera, la operadora me pidió los datos y me informó cuándo iba a pasar el instalador para habilitarme el servicio. Bien. Me dio fecha para el 15 de marzo, nada mal comparado con otros usuarios. Lo que no sabía es que lo peor estaba por comenzar.
El día 15 esperé al operario durante toda la mañana. Telecentro te da un rango de horarios en los cuales vendrán a instalar el servicio y en mi caso fue desde las 8 hasta las 13 hs. Cuando pasó el mediodía y ya me estaba cansando de esperar, decidí llamar por teléfono para averiguar como estaba mi solicitud. Allí comenzó el dolor de cabeza. Tras esperar más de 33 minutos en línea de espera (!!), me atiende la operadora. “¿No lo llamaron? Debido a que el inquilino anterior tenía una deuda pendiente, su pedido de alta fue suspendido. Necesitamos que nos envíe una copia del contrato de alquiler por mail, FAX o personalmente”.
Si bien escanear un contrato ya era un dolor de cabeza, opté por poner un poco de buena onda y lo mandé por correo electrónico ese mismo día. Una semana después llamé -y esperé otros 30 minutos- para preguntar si me iban a informar cuándo pensaba pasar el instalador de Telecentro y me informaron que el correo no había realizado el circuito administrativo correspondiente. La operadora me sugirió que para estar seguros, lo mejor era enviarlo por FAX. Claro, ¿quién no tiene un FAX en su casa?
Tres días después de enviar el FAX -primero tuve que descubrir dónde había uno- la operadora me dio un nueva fecha para el 8 de abril (!) por la tarde. El pobre muchacho llegó pasadas las 17 hs, y lo más rápido posible instaló el servicio. Cuando llama para habilitarme la conexión de Internet…. ¡se quedan sin sistema!. Ese día se fue de mi depto dejándome sólo el servicio de TV por Cable.
A las dos horas el servicio de Internet comienza a funcionar y allí comenzó otra lucha, esta vez con el ridículo modem-wifi. Si bien es de marca -Cisco-,Telecentro inventó un espantoso sistema de autentificación para el Wifi, ideal para las personas que no entienden nada de configuraciones, pero demasiado básica. Fue así que la clave para usar de forma inalámbrica, funciona desde una web llamadahttp://wifi.telecentro.net.ar. Y las contraseñas son todas con el formato“tele-númerodecliente”. Por cuestiones de tiempo, dejé todo como estaba y viajé a Rosario. Ese fin de semana, cientos de usuarios comenzaron a protestar por la mala calidad del servicio de Telecentro y una grave caída que dejó a cientos de miles sin Internet.
A mi regreso, descubro que no tenía Internet. Según un operador telefónico, las personas que habían sido dadas de alta entre el jueves y el sábado -en mi caso el viernes-, habían sido perdidos de las bases de datos por lo cual serían dados de alta por segunda vez. (!!!)
Cuando volvió el servicio, decidí comenzar a tocar el router Cisco por un problema para nada menor. Por algún motivo, el WiFi se reiniciaba cada 24 horas, obligando a habilitar otra vez la contraseña desde wifi.telecentro.net.ar
Desde ya, la situación me comenzaba a disgustar por lo que decidí meterme en el panel de configuración del modem. Desde 192.168.0.1 -sin contraseñas ni usuarios, para variar- pude comenzar a modificar algunas configuraciones, entre las que se encuentra el password.
Conclusiones
Contratar un servicio de internet debería ser simple y rápido. Está claro que la gente de Telecentro no está capacitada para recibir los clientes que se van de Fibertel -más de 1 millón de usuarios en el Gran Buenos Aires y Capital Federal-. Para una persona como yo, las telefónicas no son una opción válida. Somos rehenes de los ISP.
Enlace: La odisea de darse de baja de Telecentro, por Federico Ini
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