Desde hace un par de días estoy usando la tablet Samsung Galaxy Tab de 10.1 pulgadas en su versión WiFi (sin 3G). Haciendo un balance rápido, debo admitir que tiene lo suyo para competir contra el iPad de Apple, aunque existen algunas cosas que creo que son mejorables. Sin embargo, el producto de la marca coreana logra posicionarse entre los mejores dispositivos con Android 3.2 (Honeycomb) a la espera de que se distribuya, según dicen en el segundo trimestre de este año, la actualización a Android 4.0 (Ice Cream Sandwich).
En estos últimos meses tuve la posibilidad de testear diversos tipos de tablets, con diferentes sistemas operativos, pesos, tamaños y pantallas. Y si bien tres de ellos utilizaban Android -el restante era la PlayBook de BlackBerry-, ninguno había logrado llamar mi atención como iOS. Quizás porque el producto de Apple no sea solo la posibilidad de navegar por internet, revisar el correo o jugar, sino porque es todo un ecosistema pensado para simplificar la experiencia del usuario. En Android al día de hoy veo que es bastante caótico o anárquico, en donde cada aplicación parece pensada para un dispositivo diferente (en iOS se puede decir que solo están los iPhones/iPod Touchs y el iPad, y las características técnicas de dichos dispositivos son bien conocidas por los developers).
Sin embargo, Honeycomb (la versión 3.2) que equipa esta tablet, parece estar lleno de buenas intenciones, aunque su funcionamiento dista de lo que cualquier persona común podría esperar.
Diseño
Si bien todas las tablets actuales siguen un diseño bastante común, la Galaxy Tab 10.1 no es fea. Se destaca por su gran pantalla de 10.1 pulgadas y su terminación en plástico blanco en la parte trasera, con un borde metalizado. La versión Wi-Fi solo tiene dos botones: encendido y volumen en la parte superior, a lo que se suma el conector minijack de los auriculares y en la parte inferior el conector propietario de Samsung (una de las grandes contras) y el micrófono. A los costados se pueden apreciar los parlantes estéreo. El plástico blanco de la parte trasera parece de buena calidad y evita el hecho de tener que preocuparse por las rayaduras como en el metal del iPad, aunque juega un poco en contra en la terminación del dispositivo.
Conectividad
Esta tablet es la versión WiFi, con lo cual nos podemos olvidar de utilizarla con un chip SIM. Sin embargo, posee conectividad Bluetooth y GPS. Un problema es que no tiene lectora de memorias microSD y sólo encontramos un conector propietario de Samsung en lugar de un clásico microUSB. Es una de las grandes contras que le encuentro al dispositivo, ya que para recargarlo o transferir información, necesitaremos cargar de un cable adicional diferente a los que ya contamos. Samsung vende un adaptador externo que permite conectar con un cable USB.
Android 3.2
Honeycomb, la versión 3.2 de Android, fue la primera pensada para tablets. Si bien se espera que este año esté disponible una actualización a la versión 4.0 (Ice Cream Sandwich), Honeycomb se desenvuelve bastante bien en las tareas cotidianas. Sin embargo, encuentro que algunas cosas son rebuscadas para el usuario promedio, sumado a que muchas aplicaciones no fueron pensadas para una pantalla grande, con lo que se desperdicia espacio. La instalación de las aplicaciones es bastante simple desde el Market, en donde el material es variado y amplio.
Uso cotidiano
¿Para qué uso la tablet? En principio para navegar por internet, revisar el correo electrónico, aunque es complicado escribir con las dos manos sobre la pantalla táctil y sin ningún tipo de soporte o funda que le de una mínima inclinación. Veo películas y series con la app de Netflix, o descargo torrents directamente a la tablet con uno de las varias aplicaciones disponibles. Lo mejor es la compatibilidad nativa del dispositivo con los codecs de Xvid o DiVX, sumado a que si colocamos los subtítulos en la misma carpeta que el video y con el mismo nombre de los archivos, podremos ver videos subtítulados. 🙂 La cámara, de 3 megapíxeles posterior y de 2 megapixeles frontal, la he usado poco y nada, ya que es bastante incómodo para tomar fotografías con la tablet.
Pasar archivos a la tablet desde una Mac O PC es un verdadero dolor de cabeza, ya que necesitaremos instalar un software llamado Kies para hacer la sincronización de «Música, Fotos y Videos» y en la mayor parte de los intentos funcionó bastante mal. La solución fue una app de administración de archivos llamado Filexpert que permite acceder via Wi-Fi a la memoria, aunque desconozco que el usuario promedio estará acostumbrado a realizar este tipo de transferencia de archivos. La ausencia de una lectora microSD complica un poco las cosas.
Conclusiones
Sin dudas, Samsung tiene un gran producto que, pese a varias contras, es lo mejor en el mercado de tablets con Android. Un punto que no quiero olvidarme es la falta de accesorios para el dispositivo, todo lo contrario del iPad que posee hasta parlantes específicos o fundas de todos los colores y tamaños. Incluso el teclado que tiene Samsung, solo está disponible para la tablet de 7 pulgadas, pero no para la de 10.1, y para países como la Argentina, este tipo de accesorios deberían ser tan fáciles de adquirir como el dispositivo mismo.
Para todo lo demás, la tablet cambió la forma en la cual consumo contenidos en mi casa, aunque para la producción y elaboración sigue siendo uno de sus puntos débiles.
Calificación: 8/10
Enlace: Samsung
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