Dorasan, la estación de tren ubicada en la frontera entre Corea del Sur y Corea del Norte, es un lugar de gran interés turístico y simbolismo político en la península coreana. Esta estación fue inaugurada en 2002, como parte del proyecto de unificación de ambas Coreas, y se convirtió en la última parada del ferrocarril de Seúl antes de la frontera.
La estación de Dorasan es un punto de encuentro de historias y emociones en un país que ha estado dividido durante más de seis décadas. Los turistas que visitan Seúl tienen la oportunidad de realizar un tour a la estación, donde pueden conocer su historia, disfrutar de una vista panorámica y experimentar el ambiente en la zona desmilitarizada (DMZ).
La estación de Dorasan es un lugar emblemático que simboliza la esperanza de la reunificación de ambas Coreas, y es el punto más cercano que se puede llegar desde Corea del Sur a Corea del Norte por vía terrestre. La estación se encuentra en la línea Gyeongui, la cual conectaba Seúl con Sinuiju, una ciudad en la frontera norte de Corea del Norte.
Sin embargo, la línea ferroviaria no ha estado en uso desde 2008, cuando los lazos entre Corea del Sur y Corea del Norte se deterioraron a raíz de las pruebas nucleares del régimen de Pyongyang. A pesar de ello, la estación de Dorasan sigue siendo un lugar de gran valor histórico y turístico para los surcoreanos y visitantes extranjeros.
En la estación, los visitantes pueden ver un cartel que dice «No es el final, sino el inicio», un lema que representa la esperanza de un futuro unido para ambos países. Los turistas pueden comprar boletos de tren ficticios que indican destinos en Corea del Norte, un souvenir que es muy popular entre los visitantes.
La estación de Dorasan también ha sido utilizada como escenario en algunas producciones de Kdramas, como en «Iris» y «Crash Landing on You», lo que la convierte en un lugar popular no solo para los turistas, sino también para los amantes del cine y la televisión.
La estación de Dorasan es un lugar de gran importancia para los coreanos, quienes esperan que algún día la línea Gyeongui pueda ser restaurada, para que la conexión ferroviaria entre ambas Coreas sea restablecida y la unidad de la península se haga realidad. Para los turistas, la visita a la estación de Dorasan es una oportunidad única de conocer la historia y la situación actual de la península coreana, y es una experiencia que no se olvida fácilmente.