Hoy en día, los emojis forman parte esencial de nuestra forma de comunicarnos. Ya sea para expresar felicidad, tristeza, sorpresa, o simplemente para añadir un toque divertido a nuestros mensajes, los usamos a diario casi sin pensarlo. Estas pequeñas imágenes han logrado lo que pocos inventos pueden: trascender idiomas y culturas, creando un lenguaje universal en la era digital. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en sus orígenes. ¿Quién inventó los emojis? ¿Cómo pasaron de ser una curiosidad local en Japón a un fenómeno global? Detrás de cada carita sonriente y cada ícono de corazón hay una historia fascinante que remonta su creación a finales de la década de 1990, cuando un diseñador japonés cambió para siempre la forma en que nos comunicamos.
Índice de contenidos
Aparecen los emoticones en EEUU
Antes de la llegada de los emojis, los usuarios de Internet en Estados Unidos y otras partes del mundo comenzaron a utilizar combinaciones de caracteres para transmitir emociones en sus mensajes. Estos primeros intentos se conocen como emoticones, y el ejemplo más conocido es la carita sonriente representada por los caracteres 🙂 o la triste :-(. Este tipo de comunicación surgió en la década de 1980 con la popularización de los foros y los correos electrónicos.
Los emoticones se convirtieron en una manera rápida y creativa de darle un tono emocional a los mensajes escritos, donde era fácil perder la intención o el sarcasmo. Sin embargo, su estilo era limitado, ya que solo utilizaban los caracteres disponibles en los teclados occidentales. Esto dejaría espacio para que, en Japón, se desarrollara una forma más rica y visual de expresión digital.
Los primeros kaomoji en Japón
A finales de la década de 1980 y principios de los 90, los japoneses desarrollaron una versión más sofisticada de los emoticones que se conocen como «kaomoji» (顔文字), que significa «letras de cara». A diferencia de los emoticones occidentales, que suelen leerse girando la cabeza, los kaomoji se leen de forma directa, sin necesidad de rotar el texto. Un ejemplo típico es el clásico (^-^), que representa una carita feliz, o el (T_T), que muestra a alguien llorando.
El uso de kaomoji permitió a los usuarios japoneses expresar una gama más amplia de emociones y situaciones con mayor detalle. La cultura japonesa, que valoraba las expresiones faciales y la sutileza en la comunicación, adoptó rápidamente estos símbolos, que pasaron a formar parte del lenguaje cotidiano en mensajes y chats.
Kaomoji de 1 byte
- (^_^) — Sonrisa
- (¬‿¬) — Sonrisa traviesa
- (⊙_☉) — Sorpresa
- (T_T) — Llanto
- (。♥‿♥。) — Amor
- (^▽^) — Risa
- ( ̄▽ ̄)ノ — Saludo
- (╯°□°)╯︵ ┻━┻ — Frustración (volteando la mesa)
Kaomoji de 2 bytes
- (^ω^) — Sonrisa alegre
- (≧∇≦) — Risa feliz
- (。•́︿•̀。) — Tristeza
- (๑˃́ꇴ˂̀๑) — Risa traviesa
- (╯✧▽✧)╯ — Emoción
- (๑•̀ㅂ•́)و — Determinación
- (´∩。• ᵕ •。∩`) — Felicidad
- (ಥ﹏ಥ) — Llanto
Los primeros emoji dependían de la compañía de celular
Shigetaka Kurita es conocido como el «padre de los emoji». Nacido en Japón en 1972, Kurita desarrolló estas pequeñas imágenes en 1999 mientras trabajaba para NTT DoCoMo, una de las principales compañías de telefonía móvil en Japón. En ese momento, los teléfonos móviles estaban en plena expansión, y la compañía buscaba formas de mejorar la experiencia de comunicación de sus usuarios, especialmente en dispositivos como los «pagers», que limitaban los mensajes de texto a solo 250 caracteres. Fue en este contexto que Kurita tuvo la visión de crear un sistema visual para expresar ideas y emociones de manera más eficiente.
Inspirado por la cultura japonesa, Kurita se basó en los ideogramas y pictogramas tradicionales de su país, como los kanji, así como en otros símbolos universales como señales de tránsito y expresiones gráficas del manga. Su objetivo era encontrar una forma simple de transmitir información visualmente que pudiera ser entendida por todos, independientemente del idioma. Así, desarrolló el primer conjunto de 176 emojis, que incluían representaciones de expresiones faciales, estados del clima, elementos de la naturaleza y actividades cotidianas, entre otros.
Estos primeros emojis eran muy básicos en cuanto a diseño, limitados a una cuadrícula de 12×12 píxeles debido a las restricciones tecnológicas de la época. A pesar de su sencillez, cada uno de estos pequeños íconos tenía un propósito claro y un significado preciso. Por ejemplo, el sol representaba buen clima, mientras que una carita sonriente o triste ayudaba a expresar el tono emocional de un mensaje. Esta iniciativa no solo transformó la forma de enviar mensajes de texto en Japón, sino que también sentó las bases para la explosión global de los emoji años después.
La palabra «emoji» en japonés (絵文字) se traduce literalmente como «carácter pictográfico» o «símbolo gráfico». Se compone de dos partes: «e» (絵), que significa «imagen» o «dibujo», y «moji» (文字), que significa «carácter» o «letra».
Sin embargo, el camino hacia la popularidad no fue inmediato. En un principio, los emoji creados por Kurita solo estaban disponibles para los usuarios de la red NTT DoCoMo, lo que limitaba su alcance. Además, otras compañías de telefonía móvil en Japón comenzaron a desarrollar sus propios conjuntos de emojis, lo que generó una fragmentación en el mercado. Esto significaba que un emoji enviado desde un dispositivo de NTT DoCoMo podía aparecer de manera diferente en un dispositivo de otra compañía. A pesar de estos desafíos, los emoji se popularizaron rápidamente entre los usuarios japoneses, quienes apreciaban la posibilidad de enriquecer sus mensajes con estas pequeñas imágenes.
La estandarización de los emoji
La verdadera expansión global de los emoji comenzó en 2010, cuando el Consorcio Unicode decidió incluir los emoji en su estándar. Unicode es una organización que define un sistema de codificación de caracteres para garantizar que todos los dispositivos puedan mostrar el mismo texto sin importar el idioma o el lugar. Al incluir los emoji en este estándar, se estableció un lenguaje visual común que podía ser entendido por todos los usuarios de dispositivos electrónicos en el mundo.
La inclusión de los emoji en los teclados de los smartphones de Apple y Google, junto con la estandarización de Unicode, impulsó el uso de estas pequeñas imágenes a nivel global. A partir de entonces, los emoji pasaron de ser un fenómeno local japonés a convertirse en un recurso de comunicación universal, utilizado en redes sociales, correos y chats de todo tipo.
Hoy en día, los emoji son un idioma digital en sí mismos, capaces de expresar una gran variedad de emociones y situaciones con solo una imagen. Su historia refleja la influencia de la cultura japonesa en la forma en que nos comunicamos, y su evolución es un ejemplo de cómo las barreras tecnológicas y culturales pueden superarse para crear un lenguaje común que une a millones de personas alrededor del mundo.
Comentarios
Una respuesta a «Los emoji, el invento japonés que conquistó al mundo»
[…] control de los operadores: Los operadores de telefonía móvil en Japón han tenido un gran control sobre los fabricantes de dispositivos, dictando en gran medida las […]