Espiral antimosquitos: el invento japonés que ayudó al mundo

Los espirales antimosquitos están en las casas de todo el mundo. Un invento simple que llegó desde Japón.

Katori-senko mosquitos japon

En los veranos de Japón de finales del siglo XIX, el calor y la humedad se combinaban con una plaga persistente: los mosquitos. Esta problemática impulsó a un empresario visionario, Eiichiro Ueyama, a buscar una solución efectiva para repeler a estos insectos voladores. Lo que comenzó como un experimento con flores de piretro, conocidas por sus propiedades insecticidas, se transformó en un producto que no solo revolucionó el control de plagas en Japón, sino que también se extendió por todo el mundo: el espiral antimosquitos. Este pequeño y humeante dispositivo se convirtió en un símbolo del verano y un aliado en la lucha contra los mosquitos y las enfermedades que estos transmiten.

La historia del espiral antimosquitos es una mezcla de ingenio, tradición y la búsqueda de la comodidad. Desde sus humildes comienzos con inciensos rectos hechos de polvo de piretro, hasta su forma icónica en espiral que conocemos hoy, este invento ha demostrado una notable capacidad de adaptación y evolución. La búsqueda de una solución práctica llevó a la invención del primer incienso mata mosquitos, pero fue la persistencia de la esposa de Ueyama, Yuki, lo que hizo posible el espiral que hoy conocemos. Su forma en espiral, resultado de siete años de ensayos, no solo prolongó la duración del producto, sino que también se convirtió en un símbolo cultural. Con el tiempo, las sustancias naturales fueron reemplazadas por réplicas sintéticas, los piretroides, que continuaron siendo el componente activo de los espirales, pero la idea original de la familia Ueyama sigue siendo un pilar en la lucha contra los insectos voladores.

Los orígenes del piretro y el primer incienso

Eiichiro Ueyama, un empresario exportador de naranjas, fue quien introdujo las flores de piretro a Japón. Inspirado por relatos antiguos que describían el uso del humo de ciertos inciensos para controlar insectos, buscó una solución para los molestos mosquitos de su país. Afortunadamente, un agricultor de Estados Unidos le proporcionó semillas de esta flor, también conocida como pelitre o flor de Dalmacia, que se usaba para espantar y matar insectos en las Américas y en Europa. Ueyama cultivó estas plantas, parecidas a la margarita silvestre, en la prefectura de Wakayama. El objetivo era crear un insecticida que no solo repeliera a los insectos voladores, sino también a otros como pulgas y piojos que transmitían enfermedades.

Para 1890, Ueyama había desarrollado un “polvo para matar pulgas” hecho con la flor de piretro molida y mezclada con aserrín. Sin embargo, su gran invención fue el primer incienso mata mosquitos con forma de sahumerio. Este incienso, aunque efectivo, solo duraba unos 40 minutos, lo cual era insuficiente para un descanso tranquilo. En un comienzo, este incienso se elaboraba con piretrina natural, un compuesto extraído de las flores de la planta de piretro. La piretrina ataca el sistema nervioso de los insectos, causando una excitación repetida que les impide moverse y alimentarse, lo que finalmente los lleva a la muerte. El piretro también actúa como repelente para los insectos.

La invención del espiral: una solución duradera

el espiral, un invento antimosquitos

La esposa de Eiichiro, Yuki Ueyama, fue la pieza clave para la creación del espiral antimosquitos. Tras siete años de ensayos, logró producir una bobina enrollando un palito flexible impregnado con una mezcla de almidón y piretrina, dando forma al famoso espiral. Este diseño ingenioso permitió que el incienso durara horas encendido, atacando el sistema nervioso de moscas, piojos y mosquitos con una eficacia letal. El primer espiral salió a la venta en 1902, y su éxito en Japón llevó a la creación de la compañía Kincho, que se hizo famosa por el repelente en espiral y su icónico logo del gallo rojo.

La forma espiral no solo prolongó la duración del producto, sino que también resolvió problemas de seguridad y transporte. Los inciensos rectos eran difíciles transportar sin que se rompieran, y podían causar incendios si se caían. La bobina, por su parte, era compacta, fácil de usar y segura. Este diseño permitió que el producto se utilizara durante toda la noche, adaptándose a las necesidades de las personas en climas húmedos con alta presencia de mosquitos.

Expansión y adaptación mundial del espiral

El espiral antimosquitos rápidamente se hizo popular en todo Japón y se extendió por Asia. La compañía Kincho no solo se convirtió en un referente en la lucha contra las plagas, sino que también supo adaptarse a las necesidades globales. A medida que se exportaba a países tropicales, se mantuvo su eficacia para evitar picaduras de mosquitos que transmiten enfermedades como el dengue y la malaria.

El espiral se convirtió en un elemento cultural en Japón, asociado con el verano, las terrazas y los festivales. Su estética, con su característico color verde y el humo aromático, se ha incorporado a la cultura popular, apareciendo en películas, anime de Studio Ghibli y obras de arte. Marcas de todo el mundo adoptaron este concepto, como Mortein en Australia o Baygon en Estados Unidos. Sin embargo, Kincho sigue siendo líder en el mercado japonés, con un 70% de la cuota.

La evolución de los ingredientes: Del piretro natural a los piretroides sintéticos

Eiichiro Ueyama
Eiichiro Ueyama, fundador de la empresa Kincho

Con el paso del tiempo, la producción de piretrina natural en Japón disminuyó, y los cultivos europeos no pudieron competir con Kenia, que se convirtió en el principal productor de piretrina natural. Además, en 1949, se sintetizó la aletrina, el primer piretroide no derivado de una planta, pero similar en su estructura molecular a la piretrina natural. Este fue el inicio de los insecticidas sintéticos, que eventualmente reemplazaron al piretro natural en la producción de espirales.

Los piretroides sintéticos ofrecieron una mayor eficacia y disponibilidad, pero también generaron preocupaciones sobre su impacto en el medio ambiente y la salud humana. Un estudio publicado en la Revista Cubana de Salud Pública en 2019 destacó que los espirales hechos con piretroides sintéticos producen humo con partículas muy pequeñas que pueden causar problemas pulmonares, vómitos, diarrea, convulsiones y parálisis. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica a los piretroides sintéticos como «levemente peligrosos».

Precauciones y recomendaciones para el uso de espirales

Es importante usar los espirales antimosquitos con precaución. Las principales marcas recomiendan lavarse las manos después de aplicar el producto, no almacenarlo cerca de alimentos y evitar su uso excesivo en lugares con poca ventilación o en presencia de personas asmáticas o alérgicas. Se recomienda mantener la cabeza a una distancia mínima de dos metros del punto de liberación del producto. A pesar de su practicidad, los espirales generan contaminantes como el benceno, el formaldehído y partículas finas (PM2.5), y la inhalación de este humo puede afectar negativamente la salud, especialmente la de los niños.

A pesar de los riesgos asociados con los piretroides sintéticos, existe un renovado interés en el piretro natural. El «polvo de Dalmacia» original, con el que se elaboraban los primeros espirales, controla un amplio rango de insectos y es válido para cultivos orgánicos y agroecológicos. Aunque la piretrina natural también tiene riesgos ambientales, como su efecto repelente en las abejas, su toxicidad en mamíferos es baja y es biodegradable, lo que la convierte en una opción más segura en comparación con otros insecticidas sintéticos.

El legado de Kincho y la conexión con Serbia

La compañía Kincho, fundada por Eiichiro Ueyama, sigue siendo un referente en la producción de insecticidas, y su historia está estrechamente ligada a la planta de piretro y a la República de Serbia, el origen de esta planta. En 1929, Ueyama fue nombrado Cónsul Honorario del Reino de Yugoslavia en Osaka, en reconocimiento a su contribución al desarrollo del cultivo y uso del piretro. Su hijo, Kantaro Ueyama, también fue nombrado Vicecónsul Honorario del Reino de Yugoslavia. Esta conexión perduró a lo largo de los años, y en 2004, el presidente de Kincho, Naohide Ueyama, fue nombrado Cónsul General Honorario de Serbia y Montenegro en Osaka, cargo que luego asumió como Cónsul General Honorario de la República de Serbia. En 2020, el presidente Naohide Ueyama recibió la Orden de la Bandera Serbia, Tercera Clase, por sus contribuciones al fortalecimiento de las relaciones entre ambos países.

caja del invento japones

El lema de Kincho, «Mejor ser la cabeza de un gallo que la cola de un buey», refleja la filosofía de la empresa de buscar siempre la excelencia y la calidad en sus productos. Eiichiro Ueyama registró la marca KINCHO en 1910, con la convicción de que sus productos serían reconocidos y valorados en todo el mundo. La empresa ha continuado innovando y desarrollando nuevos productos, como el matamosquitos eléctrico a batería, aunque el espiral sigue siendo uno de sus productos más emblemáticos. En 2011, los espirales antimosquitos de la marca KINCHO recibieron el premio Good Design Long Life Design Award del Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón, y en 2013, fueron registrados como Materiales Históricos Esenciales para la Ciencia y la Tecnología. En 2017, la empresa recibió la certificación de Patrimonio Químico por su contribución a la industria de los insecticidas en Japón. En 2019, la compañía logró decodificar el genoma del piretro, marcando un avance en la investigación de este recurso natural.

A pesar de los avances tecnológicos y la aparición de alternativas modernas, el espiral antimosquitos sigue siendo un producto popular en muchos países del mundo. Su bajo costo, efectividad y el simbolismo cultural que ha adquirido a lo largo de los años, garantizan su presencia en hogares y exteriores.

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