En las costas de Nagasaki, Japón, se encuentra la pequeña y emblemática isla de Hashima, conocida comúnmente como «Gunkanjima» o «Isla de los Buques de Guerra» debido a su parecido con un buque de guerra. Esta isla, que una vez tuvo la mayor densidad de población per cápita del mundo en la década de 1960, es hoy un sitio de patrimonio mundial que narra la evolución de la industria y la cultura japonesa a través de los siglos.
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Historia de un gigante industrial
Desde la era Meiji hasta la era Showa, Hashima fue el corazón de una floreciente industria del carbón submarino. Inició en el siglo XIX y alcanzó su apogeo en los años 60, proporcionando un recurso crucial para la modernización de Japón. Las estructuras de concreto reforzado construidas en la isla, incluyendo el primer bloque de apartamentos de gran altura en Japón, son testamentos de su adelanto tecnológico y arquitectónico.
La vida en Gunkanjima era un reflejo de la intensidad de su industria. Los trabajadores vivían en condiciones de alta densidad, y la comunidad desarrolló una infraestructura completa que incluía escuelas, tiendas y hospitales. Sin embargo, el declive de la industria del carbón a favor del petróleo en la década de 1960 llevó al cierre de la mina en 1974, y la isla fue abandonada, transformándose en un espectro de su anterior bullicio.
Cómo era la vida en la isla de Gunkanjima
En la década de 1960, Gunkanjima tenía una densidad poblacional que superaba la de Tokio, convirtiéndola en una de las áreas más densamente pobladas del mundo. La isla, originalmente muy pequeña, fue expandida artificialmente para acomodar a sus habitantes y las operaciones mineras.
Las condiciones eran extremadamente estrechas y los edificios de apartamentos de concreto reforzado se construyeron para maximizar el uso del espacio limitado.
- Infraestructura desarrollada: A pesar de su aislamiento, la isla contaba con una infraestructura urbana completa. Había una escuela, un hospital, y una serie de tiendas que servían a la población local. También se menciona que había restaurantes, un cine y hasta un salón de pachinko, lo que indica que se hicieron esfuerzos considerables para proporcionar recreación y servicios a los residentes.
- Vivienda y alojamiento: Los primeros edificios de apartamentos en Japón construidos con concreto reforzado se erigieron aquí en 1916. Estos apartamentos, aunque pequeños, eran una necesidad debido a la falta de espacio y ofrecían a los mineros y a sus familias un lugar relativamente seguro para vivir, protegidos de los elementos y la erosión costera.
- Comunidad y vida social: La vida comunitaria era central en Gunkanjima. Los residentes, a menudo familias de mineros, desarrollaron un sentido de comunidad, ayudándose mutuamente en la vida diaria. Las actividades comunitarias, incluyendo festivales y eventos en la escuela, eran comunes, fomentando un fuerte vínculo entre los habitantes.
- Jardinería en la azotea: Dada la falta de espacio en el suelo y la escasez de vegetación natural, los residentes de la isla innovaron con jardines en las azoteas para cultivar vegetación y proporcionar algo de verde en el paisaje predominantemente gris de concreto. Esto no solo ayudaba a mejorar la estética de la isla sino que también proporcionaba un pequeño escape de la monotonía del entorno industrial.
- Desafíos ambientales y salud: La exposición constante al carbón y las limitadas instalaciones médicas presentaban desafíos significativos para la salud de los trabajadores y sus familias. Aunque había un hospital en la isla, las condiciones de trabajo en las minas eran duras y peligrosas.
De isla industrial a patrimonio cultural de la UNESCO
En 2015, Hashima fue inscrita como parte del patrimonio mundial de la UNESCO bajo el título «Sitios de la Revolución Industrial de la Era Meiji de Japón», que incluye varios sitios de innovación industrial. Este reconocimiento ha resucitado un interés global en la isla, no solo por su importancia histórica sino también por las preguntas que plantea sobre los derechos laborales y la preservación histórica.
A pesar de su reconocimiento como patrimonio mundial, Hashima enfrenta críticas por las condiciones laborales históricas, incluyendo el uso de trabajadores forzados durante los periodos de guerra, un aspecto que ha generado controversia y diálogo internacional, especialmente con Corea del Sur, sobre cómo se recuerda el pasado industrial y sus sombras.
Hoy en día, Hashima es accesible a los turistas a través de tours organizados que muestran no solo las ruinas conservadas de la infraestructura minera sino también las historias de aquellos que vivieron allí. Estos esfuerzos de conservación buscan equilibrar el respeto por la historia dolorosa con la educación y el entendimiento cultural.
La isla de Hashima sirve como un recordatorio vívido de la complejidad del progreso humano. A medida que caminamos por sus pasajes abandonados, no solo exploramos un sitio de significancia arqueológica, sino que también reflexionamos sobre las vidas entrelazadas en su historia.
Gunkanjima no es solo un monumento a la innovación industrial, sino un espejo de la sociedad y sus constantes transformaciones.
Cómo llegar a Gunkanjima: un viaje a la historia industrial de Japón
Para llegar a Gunkanjima, la isla abandonada frente a la costa de Nagasaki, es necesario tomar un tour en barco. Diversas compañías operan estos tours, con salidas desde varios puntos del puerto de Nagasaki. Entre ellos se encuentran la Terminal de Ferry de Nagasaki, cerca de la parada de tranvía Ohato (a 3 minutos en la línea 1 desde la Estación de Nagasaki), y la Terminal Tokiwa, cerca de la parada de tranvía Ourakaikandori (a 15 minutos en las líneas 1 y 5 desde la Estación de Nagasaki).
El viaje en barco a Gunkanjima dura aproximadamente 50 minutos y ofrece la oportunidad de disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad de Nagasaki, su puerto y las grandes fábricas de construcción naval de Mitsubishi que se encuentran en el camino. La travesía también pasa por otras islas cercanas, enriqueciendo la experiencia.
Es importante destacar que no es posible visitar Gunkanjima por cuenta propia. La isla presenta estructuras inestables debido a su abandono y a la exposición a los tifones. Por lo tanto, el acceso está restringido a tours organizados que garantizan la seguridad de los visitantes.
Las excursiones a Gunkanjima suelen durar unas tres horas, incluyendo casi una hora en la isla. Los precios oscilan entre 3910 y 5810 yenes por persona. Se recomienda reservar con antelación, especialmente los fines de semana y durante las vacaciones. Además, es fundamental tener en cuenta que las condiciones climáticas pueden afectar la posibilidad de desembarcar en la isla. En caso de mal tiempo o fuerte oleaje, el desembarco podría ser cancelado o los barcos podrían no operar.
Si no puedes llegar a Gunkanjima, una alternativa es visitar el Museo Digital de Gunkanjima, ubicado cerca de la Iglesia de Oura en Nagasaki. Este moderno museo ofrece una gran cantidad de información sobre la isla, incluyendo una simulación de un descenso por un pozo minero y una instalación digital que relata la vida en la isla a través de testimonios y fotografías. Los visitantes también pueden realizar recorridos de realidad aumentada por ciertas áreas de la isla tal como existen en la actualidad.
Condiciones meteorológicas que impiden el desembarco en Gunkanjima
Las condiciones meteorológicas adversas pueden impedir el desembarco en Gunkanjima, incluso si el barco puede salir del puerto. Según las normas de seguridad de Yamasa Shipping, no se permite el desembarco en Gunkanjima en las siguientes condiciones:
- Cuando la velocidad del viento supera los 5 m/s.
- Cuando las olas oceánicas superan los 0,5 metros de altura.
- Cuando la visibilidad alrededor de Gunkanjima desciende por debajo de los 500 metros.
- Cuando un guía de seguridad considera que el desembarco en Gunkanjima no es seguro.
- Cuando el capitán del barco considera que el desembarco de los clientes en Gunkanjima no es seguro (a pesar de cumplir las condiciones anteriores).
- Cuando Yamasa Shipping ha determinado que el desembarco es imposible en base a sus normas de seguridad designadas.
La decisión final de desembarcar en la isla recae en el capitán del barco el día del crucero.
Es importante tener en cuenta que Gunkanjima se encuentra a 19 km del puerto de Nagasaki y que, aunque las aguas del puerto suelen ser tranquilas, la zona que rodea la isla puede experimentar fuertes vientos y oleaje.
En caso de que el barco no pueda desembarcar, el crucero se convertirá en un «Crucero turístico por Gunkanjima (110min) (Medio recorrido por malas condiciones)». En este caso, se reembolsará a los clientes el 10% del coste del tour (el coste del desembarco y la visita a la isla).
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