El primer ministro japonés, Fumio Kishida, anunció durante su ceremonia de bienvenida en la Casa Blanca el miércoles que Japón donará 250 nuevos cerezos a Estados Unidos. Este obsequio conmemora el próximo 250 aniversario de la fundación de la nación estadounidense y refuerza el vínculo de amistad entre ambos países.
Los cerca de 3.700 cerezos que adornan la Cuenca del Tidal en Washington D.C. fueron un presente de la ciudad de Tokio en 1912 y se han convertido en un símbolo de las relaciones nipón-estadounidenses. Un alto funcionario destacó que «los dos regalos más importantes que países han hecho a Estados Unidos son: la Estatua de la Libertad y los cerezos japoneses alrededor del Tidal Basin hace 110 años».
No obstante, el Servicio de Parques Nacionales de EE.UU. informó el mes pasado que 158 de estos emblemáticos árboles serán talados para reconstruir un muro de contención marítima en la cuenca. Fue ante esta noticia que el primer ministro Kishida decidió enviar una nueva remesa de 250 cerezos.
«Cuando me enteré que algunos árboles serían reemplazados, decidí mandar 250 nuevos cerezos para conmemorar el próximo 250 aniversario de la fundación de Estados Unidos», expresó Kishida durante su visita.
El presidente Joe Biden agradeció el gesto y anunció que los nuevos cerezos serán plantados cerca del Memorial a Martin Luther King Jr. «Al igual que nuestra amistad, estos árboles son inmortales, inspiradores y prósperos», afirmó en un claro mensaje diplomático.
La donación de cerezos encarna la estrecha alianza entre Japón y EE.UU., dos naciones comprometidas con el fortalecimiento de sus lazos históricos y el símbolo de la floración de su inquebrantable cooperación.
Cómo es la Cuenca Tidal de Washington D.C, donde se encuentra el parque de cerezos (sakura) más importante de Estados Unidos
La Cuenca Tidal es un emblemático cuerpo de agua artificial ubicado en el corazón de la capital estadounidense, Washington D.C. Esta ensenada de 42 hectáreas forma parte del Parque West Potomac y está rodeada por algunos de los monumentos más icónicos de la ciudad como los dedicados a Jefferson, Roosevelt, Martin Luther King Jr. y George Mason.
Con una profundidad de 3 metros, la cuenca nació en la década de 1880 con un doble propósito: servir como atractivo visual y aliviar la congestión del Washington Channel, el puerto fluvial separado del río Potomac donde se encuentra el Parque East Potomac.
Su ingeniosa construcción permite liberar diariamente 250 millones de galones (950 millones de litros) de agua. Las compuertas de entrada, junto al Potomac, se abren con la marea alta para llenar la cuenca. Mientras, las de salida hacia el canal se cierran para almacenar el agua. Al bajar la marea, las compuertas de entrada se sellan y las de salida se abren, expulsando el caudal con la fuerza de la corriente. Este sistema es operado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que recientemente restauró su funcionamiento.
Pero lo que realmente engalana la Cuenca Tidal es su arboleda de cerezos. Aproximadamente 3.750 ejemplares de sakura, la flor nacional de Japón, fueron obsequiados por Tokio en 1912 como símbolo de amistad con Estados Unidos. Solo 125 de estos cerezos originales aún perviven.
Festival Nacional de los Cerezos en Flor de Washington D.C
Cada primavera, la espectacular floración de los cerezos envuelve la cuenca en un manto rosa que atrae a miles de visitantes al esperado Festival Nacional de los Cerezos en Flor, una tradición de casi un siglo.
Durante las aproximadamente cuatro semanas que dura el festival, la ciudad se viste de rosa. Desfiles, exposiciones artísticas, actuaciones musicales, puestos de comida internacional y múltiples actividades familiares tienen lugar en torno a la arboleda emblemática del Cuenca Tidal.
El momento cumbre es la Desfile de los Cerezos, una vibrante caravana de bailarines, grupos folclóricos, carrozas y bandas musicales que recorre las calles cercanas a la cuenca. Otro gran atractivo son los paseos en barco bajo el túnel rosa formado por las ramas floridas.
Con asistencia de más de un millón de visitantes cada año, el Festival Nacional de los Cerezos en Flor se ha convertido en una tradición muy esperada que celebra la llegada de la primavera y los estrechos lazos culturales entre Estados Unidos y Japón.