En el corazón del barrio japonés de Liberdade en São Paulo, la eliminación de seis luminarias tradicionales japonesas de la Rua dos Aflitos ha generado un debate sobre la memoria histórica y la diversidad cultural. La medida, tomada por la Alcaldía a petición de movimientos sociales negros e indígenas, busca reconocer la importancia del lugar como el primer cementerio público de la ciudad, donde se enterraban personas esclavizadas y de bajos recursos durante 83 años.
La Rua dos Aflitos, con su nombre que evoca el pasado, se encuentra junto a la Capela dos Aflitos, único vestigio del antiguo Cemitério dos Aflitos, que funcionó hasta 1858. Durante décadas, este pequeño espacio fue iluminado con faroles de estilo asiático, integrándolo a la ruta turística del «barrio japonés», pero ignorando su pasado.
Wesley Vieira, historiador y miembro de la União dos Amigos da Capela dos Aflitos (Unamca), defiende la necesidad de respetar la memoria del lugar y los restos que aún yacen allí, considerando inadecuada la presencia de elementos como las luminarias japonesas, las ferias y el intenso comercio.
La Capela dos Aflitos fue declarada patrimonio histórico en 1978, poco después de la instalación de las luminarias en Liberdade como parte de un plan para atraer el turismo al crear un «típico barrio japonés». Sin embargo, en 2018, obras en la zona revelaron la existencia de restos humanos, lo que impulsó la creación de la Unamca para abogar por la recuperación de la capilla y la creación de un complejo en memoria de la comunidad negra.
La presión para reconocer la historia de los grupos no blancos en la ciudad, intensificada por las protestas contra el asesinato de George Floyd en Estados Unidos, llevó a la administración municipal a prometer la creación del Memorial dos Aflitos. Este proyecto, que incluiría la capilla, la calle y el sitio arqueológico, aún no se ha completado debido a diversos contratiempos, incluyendo una acusación de racismo contra una de las arquitectas del proyecto original.
La retirada de las luminarias, a pocos días del Día de la Consciencia Negra, representa un paso hacia la visibilización de la memoria negra e indígena en Liberdade. Sin embargo, la construcción del Memorial dos Aflitos sigue en espera, mientras la alcaldía impulsa un nuevo proyecto, la Esplanada da Liberdade, que busca conectar los viaductos del barrio y promover el comercio y la cultura local, sin incluir el Memorial en sus planes.
Esta situación plantea la interrogante sobre la priorización de la memoria histórica en el barrio. Para la Unamca, la Esplanada da Liberdade, con su inversión millonaria, podría eclipsar la importancia del Memorial dos Aflitos, perpetuando el borrado de la memoria negra en la zona. La polémica en torno a la retirada de las luminarias y la construcción del Memorial dos Aflitos revela la complejidad de la memoria y la identidad en un barrio multicultural como Liberdade, donde convergen diferentes narrativas históricas y la lucha por el reconocimiento.
¿Qué es Liberdade, el barrio oriental de Sao Paulo?
El barrio de Liberdade en São Paulo, conocido como el barrio japonés más grande fuera de Japón, es un crisol de culturas con una historia rica y compleja. Si bien la imagen popular de Liberdade se centra en su vibrante cultura japonesa, con sus mercados, restaurantes y arquitectura distintiva, el barrio alberga también una profunda historia relacionada con la comunidad negra e indígena de Brasil.
La llegada de los japoneses a Liberdade se remonta a principios del siglo XX, cuando inmigrantes japoneses, inicialmente atraídos por las oportunidades laborales en las plantaciones de café, comenzaron a establecerse en la zona. El barrio se desarrolló a lo largo de la Rua Conde de Sarzedas, y luego se expandió hacia la Rua Galvão Bueno, impulsado por la apertura del Cine Niterói en 1953, el primer cine japonés de Brasil.
La construcción de la Asociación de Cultura Japonesa de São Paulo en 1964 consolidó aún más la identidad japonesa del barrio, atrayendo a más comercios y residentes japoneses. Sin embargo, la expansión urbana y la construcción del metro en las décadas de 1960 y 1970 obligaron a muchos negocios japoneses a reubicarse, lo que provocó una crisis en el barrio.
A pesar de estos desafíos, Liberdade resurgió con una nueva imagen en la década de 1970, adoptando el nombre de «barrio oriental» y incorporando elementos tradicionales japoneses como la puerta torii, las lámparas decorativas y un jardín japonés. El barrio también comenzó a albergar festivales y mercados inspirados en la cultura japonesa, atrayendo a turistas y consolidando su imagen como un centro cultural japonés en São Paulo.
La llegada de inmigrantes de Taiwán y Corea del Sur en la década de 1960 diversificó aún más la composición del barrio, y la inmigración china en la década de 1990 añadió otra capa cultural a Liberdade. Hoy en día, la calle Conselheiro Furtado alberga el Centro Chino de São Paulo, la Asociación de Ciudadanos Cantoneses de Brasil y numerosos negocios chinos, lo que le otorga un carácter distintivo de «pequeño barrio chino» dentro de Liberdade.
En las últimas décadas, Liberdade ha evolucionado para convertirse en un centro de difusión de la cultura popular japonesa en Brasil, atrayendo a jóvenes aficionados al cosplay, el visual kei y el anime. El barrio ha abrazado esta nueva ola de interés por la cultura japonesa, fusionando elementos brasileños con las tendencias japonesas para crear una forma única de «cultura nikkei».
Sin embargo, la historia de Liberdade no se limita a su vibrante cultura japonesa. Un pequeño tramo de la Rua dos Aflitos, ubicado junto a la Capela dos Aflitos, revela un pasado más complejo. Este espacio albergó el primer cementerio público de São Paulo, el Cemitério dos Aflitos, donde se enterraban personas esclavizadas, indigentes y aquellos que morían en la horca cercana.
La presencia de luminarias de estilo japonés en esta calle, instaladas en la década de 1970 como parte del plan de «orientalización» del barrio, generó controversia, ya que eclipsaba la memoria histórica del lugar. A raíz del descubrimiento de restos humanos durante unas obras en 2018 y las crecientes demandas por el reconocimiento de la historia negra en São Paulo, se retiraron las luminarias en 2024.
Este acto simbólico busca visibilizar la memoria negra e indígena en Liberdade y allanar el camino para la construcción del Memorial dos Aflitos, un complejo que honraría la historia del Cemitério dos Aflitos. Sin embargo, el proyecto del Memorial ha enfrentado retrasos y desafíos, mientras que la alcaldía ha priorizado la construcción de la Esplanada da Liberdade, un proyecto de renovación urbana centrado en el comercio y la cultura local.
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