El acceso a Okunoshima no es para los que buscan facilidad. Aventurarse a esta isla, situada a unos 90 km de Hiroshima, implica un viaje en tren bala (Shinkansen), seguido por un servicio de autobús con horarios limitados y un ferry. A pesar de la travesía, este destino ofrece una experiencia única, especialmente diseñada para los más jóvenes: la famosa isla japonesa de los conejos.
Esta isla no es vasta en extensión. Apenas se desembarca, se puede recorrerla a pie en un lapso de dos horas. Sus densos bosques a menudo brindan un clima fresco incluso durante el verano japonés. Los mil simpáticos conejos, sin amenazas depredadoras como perros o gatos, reinan en este terreno de 4 km de largo por 1.5 de ancho. Los visitantes pueden deleitarse viendo y alimentando a estos animales, aunque la comida para ellos solo se vende antes de abordar el ferry.
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¿Cómo llegaron estos conejos a la isla?
La Isla de los Conejos, un lugar ahora conocido por su adorable población de conejos, guarda un pasado inquietante que contrasta fuertemente con su presente idílico. A principios del siglo XX, esta isla, formalmente llamada Okunoshima, fue escogida por el gobierno japonés para un propósito siniestro: la producción de armas químicas. La ubicación de la isla, aislada pero accesible, la hacía ideal para este tipo de operaciones secretas. Durante este periodo oscuro, Okunoshima fue borrada de los mapas, convirtiéndose en un lugar fantasma donde se producían gases venenosos, incluyendo el gas mostaza, en total secreto.
La producción de estas armas químicas tuvo un impacto devastador en los trabajadores de la fábrica, muchos de los cuales sufrieron graves problemas de salud debido a la exposición a los químicos. El gobierno japonés se esforzó por ocultar la verdad sobre Okunoshima, silenciando a sus habitantes y manteniendo la producción de gas venenoso en secreto.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas aliadas destruyeron las armas químicas y los documentos relacionados, pero el impacto en la isla y sus habitantes persistió. Pasaron décadas antes de que el gobierno japonés reconociera la verdad sobre Okunoshima y ofreciera ayuda a los afectados.
A pesar de su pasado turbulento, Okunoshima se ha transformado en un destino turístico popular. Los conejos, que se cree que son descendientes de los que se usaron en experimentos con gases venenosos, ahora viven en libertad en la isla, atrayendo a visitantes de todo el mundo. Sin embargo, los restos de las instalaciones militares abandonadas, junto con el Museo del Gas Venenoso, sirven como recordatorios del oscuro pasado de la isla.
La Isla de los Conejos presenta una dicotomía fascinante: un lugar donde la belleza natural coexiste con los fantasmas de la guerra. Es un recordatorio de la capacidad de la naturaleza para sanar, pero también de la importancia de recordar la historia para evitar repetir los errores del pasado.
Recorriendo la isla, es común encontrar ruinas de los edificios militares abandonados hace más de 74 años, consumidos gradualmente por la naturaleza. Para muchos japoneses, Okunoshima sirve como un recordatorio del impacto humano en la guerra, independientemente de los bandos involucrados.
El Museo del Gas Venenoso, establecido en 1988, constituye un punto focal para comprender la historia de la isla. Hatsuichi Murakami, ex empleado de la fábrica de armas químicas y curador del museo, expresó en 1995 al New York Times: «Mi deseo es que las personas visiten tanto el museo de la bomba nuclear de Hiroshima como este, para que vean que los japoneses fueron víctimas y agresores durante la guerra. Espero que reconozcan la importancia de la paz al ver ambas perspectivas».
Instalaciones en la Isla de los Conejos
La Isla de los Conejos, también conocida como Okunoshima, ofrece una variedad de instalaciones para que los visitantes disfruten de su estancia.
- Alojamiento: La isla cuenta con el Kyukamura Okunoshima, el único hotel de la isla. Este hotel ofrece alojamiento en 65 habitaciones, un restaurante, un onsen (aguas termales) y otras comodidades.
- Restaurantes: Además del restaurante del hotel, la isla cuenta con un café en el Puerto de Tadanoumi. El café ofrece café, helados sin aditivos y otros aperitivos, y también es un buen lugar para comprar recuerdos antes de subir al ferry.
- Actividades al aire libre: La isla es ideal para actividades al aire libre como ciclismo, senderismo, natación en la playa y acampar. Hay varias rutas de senderismo que atraviesan la isla, lo que permite a los visitantes explorar su belleza natural y descubrir los restos de las instalaciones militares abandonadas.
- Museo: El Museo del Gas Venenoso documenta la historia de la isla como centro de producción de armas químicas durante la Segunda Guerra Mundial. A través de fotografías y otros artefactos, el museo ofrece una mirada conmovedora al pasado de la isla.
- Centro de visitantes: El Centro de Visitantes de Okunoshima ofrece información sobre la historia, la flora y la fauna de la isla, incluyendo a sus famosos conejos.
- Tienda de souvenirs: La tienda de souvenirs en el Puerto de Tadanoumi ofrece una variedad de artículos temáticos de conejos, desde peluches hasta llaveros. También se pueden encontrar recuerdos relacionados con el pasado de la isla como productora de gas venenoso.
- Transporte interno: Un servicio gratuito de autobús conecta el muelle con el hotel Kyukamura Okunoshima.
- Ferry: El principal medio de acceso a la isla es a través de un servicio de ferry que opera desde el Puerto de Tadanoumi y desde Ōmishima. El viaje en ferry desde Tadanoumi dura aproximadamente 15 minutos.
Aunque la isla es pequeña, ofrece una variedad de experiencias para los visitantes. Desde relajarse en el onsen del hotel hasta explorar las rutas de senderismo, hay algo para todos en la Isla de los Conejos.
Cómo llegar a la Isla de los Conejos
Para llegar a la Isla de los Conejos, también conocida como Okunoshima, el método principal es a través de un ferry. Se puede acceder al ferry desde dos ubicaciones:
- Puerto de Tadanoumi: Esta es la forma más común y rápida de llegar a la isla. El puerto está a 3 minutos a pie de la estación JR Tadanoumi, a la que se puede llegar en un viaje en tren de 25 minutos desde la estación de Mihara en la línea JR Kure. Todos los trenes bala Shinkansen Kodama que vienen de Hiroshima y Osaka paran en la estación de Mihara.
- Puerto de Ōmishima en la isla de Ōmishima (Isla de Sakari): También se puede tomar un ferry a la Isla de los Conejos desde este puerto.
El viaje en ferry desde el puerto de Tadanoumi dura aproximadamente 15 minutos, con salidas cada 30-45 minutos. Sin embargo, ten en cuenta que algunos ferry no se detienen en la Isla de los Conejos.
También puedes llegar a la estación JR Tadanoumi en autobús:
- Servicio de autobús Kaguyahime Highway: Opera desde el centro de autobuses de Hiroshima a través de la estación de Hiroshima.
Si planeas pasar la noche en la isla, se recomienda reservar con anticipación, ya que el alojamiento es limitado en la zona. El hotel en la isla no siempre está disponible para visitantes de última hora, especialmente durante las temporadas altas.
El Japan Rail Pass es válido hasta la estación JR Tadanoumi, pero no para los servicios de ferry. El pago del ferry solo se puede realizar en efectivo (JPY).
La transformación de Okunoshima: de Isla del gas venenoso a paraíso turístico
El cambio comenzó en la década de 1960, cuando se inauguró el Kyukamura Okunoshima, el único hotel de la isla. Este hotel, operado por la Asociación de Aldeas Vacacionales, marcó el inicio de un esfuerzo concertado para desarrollar la isla como destino turístico. La isla ofrece una variedad de instalaciones para los visitantes, incluyendo playas, un camping, un campo de tenis y rutas de senderismo.
El éxito de la isla como destino turístico no ha borrado su pasado. El Museo del Gas Venenoso, inaugurado en 1988, documenta la historia de la producción de armas químicas en la isla, sirviendo como un recordatorio de las consecuencias de la guerra. Las ruinas de las antiguas instalaciones militares también se pueden encontrar dispersas por la isla, ofreciendo una visión tangible de su pasado.
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