En marzo 1986, la sonda Giotto de la ESA se acercaba a poco menos de 600 kms. del cometa Halley y nos regalaba esta imagen, la primera en la que se podía apreciar con bastante detalle el propio núcleo del cometa que visita la Tierra cada 75-76 años, en promedio.
Este tipo de imágenes sólo se puede conseguir mediante la aproximación de una sonda al cometa. Si se observa el mismo con telescopios convencionales (sean terrestres o en órbita) el núcleo no llega a verse por estar rodeado por la coma.
El núcleo del cometa Halley, como el de la mayoría de los cometas conocidos, está compuesto por hielo y polvo. Al aproximarse al Sol, el viento solar hace que se generen la coma y las colas del cometa. En general suelen formarse 2 colas, una de gas y otra de polvo, debido a la diferencia de resistencia que ofrecen los distintos elementos que las componen.
La sonda que capturó la imagen recibió su nombre en honor al pintor medieval italiano Giotto, quien pintó la estrella de Belén como el cometa Halley.
En su diámetro más prolongado, el núcleo irregular del cometa Halley mide unos 15 kms. de longitud. En cada una de sus aproximaciones al Sol, el cometa pierde una capa de hielo y roca de unos 6 metros de profundidad de su corteza. El material desprendido durante estos acercamientos se va dispersando eventualmente a lo largo de una parte de la extensa y excéntrica órbita del cometa, y es el responsable de dos lluvias de meteoros que se pueden apreciar desde la Tierra: las Oriónida y las Eta Acuáridas.
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