Una curiosidad. Desde el pasado 5 de enero, la ciudad de Buenos Aires estableció la prohibición de fumar en diversos espacios públicos como cerrados como lugares de trabajo, oficinas, taxis, establecimientos de salud y educativos, restaurantes, bares, confiterías y casas de lunch, cybers/locutorios de Internet, salas de recreación, shoppings y paseos de compras cerrados, cines, teatros, centros culturales, salas de fiesta en eventos de carácter privado, cajeros automáticos, cabinas telefónicas, terminales de ómnibus, colectivos, estaciones de subte, clubes deportivos, gimnasios, clubes para fumadores y tabaquerías.
Los únicos lugares autorizados para fumar en espacios con acceso público son los patios, terrazas, balcones y demás sitios al aire libre, así como áreas específicas para degustación en clubes de fumadores y tabaquerías sin atención de empleados. También está permitido fumar a las personas internadas en centros de salud mental y de detención, en áreas específicas.
Sin embargo, me llamó la atención el pequeño recuadro que aparece en todos los afiches que empapelan la ciudad: 100% libre de humo…de tabaco. Y está en otra tipografía, como destacando que «otros humos» no están prohibidos. ¿Estarán hablando del faso? ¿O del humo de los autos?
Un poco de humor para este caluroso verano porteño.
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