El atractivo del otoño en Kyoto seduce a viajeros de Japón y del mundo entero. Los templos y santuarios se convierten en lugares destacados para apreciar la exuberante vegetación, creando un telón de fondo ideal para la arquitectura histórica y los tradicionales jardines japoneses.
Durante la temporada otoñal, Kyoto se llena con la presencia de turistas de todas partes. Si buscas escapar del bullicio del centro, considera tomar un pequeño tren local para disfrutar de los paisajes montañosos del campo de Kyoto.
Una de las experiencias más pintorescas está en un tren especial que te lleva a contemplar el espectacular follaje otoñal.
La red ferroviaria Eizan (o Eiden) es una red privada que recorre dos líneas en el extremo noreste de Kyoto, conocido como «Rakuhoku».
Desde la estación de Demachiyangi cerca del Santuario Shimogamo, la Línea Eizan se dirige hacia Yase Hieizanguchi, donde puedes hacer transbordo al Tren y Teleférico Eizan. Este transporte te lleva al Monte Hiei, cuna del budismo japonés.
La Línea Kurama conduce al encantador pueblo de Kibune y al Monte Kurama, hogar de varios templos, santuarios y sitios históricos. Estas atracciones muestran una belleza única en cada estación del año.
El tren escénico especial llamado «KIRARA» cuenta con amplias y grandes ventanas de vidrio que ofrecen a los pasajeros una vista panorámica de las estaciones cambiantes. Después de un viaje de 20 minutos desde la estación de Demachiyangi, el tren alcanza un área entre las estaciones de Ichihara y Ninose. Este tramo de 250 metros alberga 280 arces a ambos lados de las vías, conocido como Maple Tree Tunnel (Túnel de los Arces en japonés).
En otoño, cuando las hojas adquieren colores vibrantes y brillantes, la vista desde la ventana del tren es simplemente deslumbrante.
Durante las tardes, en plena temporada de follaje, el Maple Tree Tunnel, junto con el Santuario Kibune y las posadas tradicionales en el área de Kibune, se iluminan como parte del Evento de Faroles de Otoño en Kibune (Kibune Momiji Tourou).
Durante este periodo, el Santuario Kibune y la calle de las posadas se iluminan con faroles.
Cuando el tren atraviesa el túnel de arces, avanza a un ritmo más pausado y las luces se apagan durante 2 minutos, permitiendo a los pasajeros disfrutar plenamente de los gloriosos colores del otoño.
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