Hubo una época en la que fueron libres. Corrían por las vías lejos de la oscuridad de los túneles. Sí, porque los trenes que usamos actualmente en el subte B de Buenos Aires, alguna vez, allá en el tiempo, transportaron a millones de japoneses en sus asientos. El rojo tan característicos de estas formaciones, viene ya de la época en la que se llamaba Línea Marunouchi, la segunda línea de trenes que tuvo Tokio, y la primera que se hizo después de terminar la II Guerra Mundial. Fue un símbolo en su momento de la reconstrucción de Japón.
Inauguradas en los 50, se siguieron utilizando hasta principios de los 90, cuando el municipio de Tokio decidió que era momento de jubilar a los queridos trenes Eidan 300/400/500. Pero el buen estado de conservación y funcionamiento, hizo que en su momento, en 1999, el subte de Buenos Aires decidiera incorporarlos a su flota para formar parte de la línea B de subtes.
Hoy ya es una pieza de museo en Japón. Pero muchos nipones aún se sorprenden cuando visitan Buenos Aires y pueden ver, aún con inscripciones en japonés en algunas de sus paredes y ventanas, a los viejos trenes de la línea Marunouchi de Tokio. Para muchos, un viaje en el tiempo. Para nosotros, uno de los trenes más lindos que tenemos en el subte de Buenos Aires, aún con más de 50 años de antigüedad.
El otro nipón
La otra línea nipona que tiene el subte de Buenos Aires es la línea C. Antes usados en la D hasta la llegada de los trenes Alstom, los Nagoya Serie 250 fueron comprados a esa ciudad también en los 90. Estos trenes también datan de una época similar a la B, pero quizás menos «glamorosos» que los rojos.
Y la novedad es que Subtes de Buenos Aires ya pagó 16 millones de dólares por 5 trenes (30 coches) Nagoya de 30 años de antigüedad (recordemos que los actuales tienen casi 60) para sumarlos a la línea C de subte. Los trenes están siendo reacondicionados en Japón para su entrega en los próximos meses.
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