Tokio se vistió de gala esta semana para rendir un sentido tributo a uno de sus hijos más ilustres: Hachiko, el perro Akita cuya inquebrantable lealtad cautivó al mundo. Como cada año, decenas de personas se congregaron alrededor de la estatua que inmortaliza al leal can en las inmediaciones de la concurrida estación de Shibuya.
La conmovedora ceremonia, que alcanzó su 89ª edición, coincidió con la temporada de los espectaculares cerezos en flor de la capital nipona. Un grupo empresarial local y la asociación de turismo fueron los anfitriones del emotivo evento que rememoró la vida de Hachiko, fallecido un 8 de marzo de 1935.
Nacido en 1923, el fiel compañero canino se ganó un lugar en el corazón de los tokiotas al continuar acudiendo puntualmente a la estación para esperar a su dueño, incluso después de que este perdiera la vida. Su tenaz costumbre de aguardar infatigablemente la llegada de su amo se convirtió en un símbolo de la eterna devoción.
En el solemne acto, familiares del escultor Ando Takeshi, creador de la icónica estatua, depósitaron una corona de flores junto al alcalde de Shibuya, Hasebe Ken. Mientras turistas admiraban la escena, se ofició un ritual sintoísta en honor al leal Hachiko.
Ando Junko, hija del artista, expresó su alegría por poder celebrar el homenaje con los cerezos en pleno esplendor primaveral y manifestó su deseo de que la estatua se erija como un símbolo de paz perdurable.
La fidelidad de Hachiko ha trascendido fronteras al ser retratada en el cine dentro y fuera de Japón, convirtiendo al perro Akita en un embajador de la nobleza y la perseverancia niponas.
Qué significa el nombre de Hachiko
El nombre «Hachikō» (ハチ公) se compone de dos partes en japonés: «Hachi», que significa ‘ocho’, un número que se refiere a la secuencia de nacimiento del perro, ya que «hachi» es la palabra japonesa para ‘ocho’; y el sufijo honorífico «-kō». Tradicionalmente, este sufijo se usaba para referirse de manera afectuosa a nobles o personas de alto rango en China antigua, pero en el contexto de Hachikō, es un añadido cariñoso a su nombre, que podría traducirse como «Príncipe Hachi» o «Señor Hachi», aunque comúnmente se le conoce como «pequeño Hachi» en un tono más familiar y afectuoso.
Por tanto, el nombre «Hachikō» puede interpretarse como un término afectuoso para el perro, subrayando su importancia y el cariño que le tenían, reflejando su lealtad y el lugar especial que ocupó en el corazón de quienes lo conocieron y continuaron conociendo su historia a lo largo de los años.
Dónde está la estatua de Hachiko
Situada precisamente en la salida Hachikō de la estación de Shibuya, uno de los distritos más animados y concurridos de la ciudad, llegar a esta conmovedora estatua es una experiencia en sí misma, que sumerge al visitante en el vibrante corazón de Tokio.
Para llegar a la estatua de Hachikō, el primer paso es dirigirse a la estación de Shibuya. Esta estación es accesible a través de múltiples líneas de tren y metro, incluidas la JR Yamanote Line, la línea Hanzomon y la línea Fukutoshin, entre otras.
Al llegar, busca las señalizaciones que indican la «Salida Hachikō» (Hachikō-guchi), las cuales son fáciles de encontrar y están disponibles en inglés y japonés.
Una vez que salgas por esta exitosa salida, te encontrarás en la plaza Hachikō, donde la estatua del leal Akita Inu te espera. Es común ver a personas tomándose fotos con la estatua o simplemente deteniéndose un momento para admirarla y reflexionar sobre la profunda historia de fidelidad que representa.
La estatua no solo es un punto de interés turístico, sino también un símbolo cultural profundamente arraigado en el corazón de Japón.
Comentarios
Una respuesta a «Lealtad eterna: Japón rinde homenaje a Hachiko, el fiel perro de Shibuya»
[…] ingredientes y condimentos aptos para el consumo canino, asegurando que los dueños no tengan que preocuparse por darle a su perro algo que no sea […]