El incienso ha sido un elemento fundamental de la cultura japonesa desde la introducción del budismo en el siglo VI. Su uso se extendió rápidamente desde los rituales religiosos hasta la vida cortesana, donde los aromas se convirtieron en una parte integral de la estética y la sensibilidad japonesas. A lo largo de los siglos, el incienso ha permeado la vida diaria en Japón, utilizándose en ceremonias, meditación, aromaterapia y simplemente para crear una atmósfera de paz y tranquilidad.
Hibi, una empresa que fusiona la tradición del incienso con la practicidad de los cerillos, nace de la colaboración entre dos empresas con una larga trayectoria en la industria japonesa: Kobe Match Corporation, fabricante de cerillos con más de 80 años de experiencia, y Daihatsu Corporation, fabricante de incienso con sede en la isla de Awaji, conocida por ser el centro de producción de incienso de Japón.
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La idea de Hibi surgió en 2011 con el objetivo de crear un incienso que pudiera encenderse con la facilidad de un cerillo. Tras tres años de investigación y desarrollo, Hibi logró crear un producto que combina la fragancia y la intensidad del incienso tradicional con la practicidad de un cerillo.
Los cerillos Hibi están elaborados con una base de madera de tabú no ki, también conocido como laurel japonés, y se impregnan con aceites esenciales que les confieren una variedad de aromas, desde el refrescante lemongrass hasta el cálido sándalo. Cada cerillo está diseñado para brindar una experiencia aromática de 10 minutos, ideal para momentos de relajación, meditación o simplemente para disfrutar de un aroma agradable en el hogar.
El nombre de la marca, Hibi, significa «día a día» en japonés, reflejando el deseo de la empresa de que sus productos se conviertan en parte de la vida cotidiana de sus usuarios. Hibi ofrece una amplia gama de aromas, presentados en cajas de 8 o 30 unidades, incluyendo una serie de fragancias japonesas tradicionales como el ciprés japonés, el sándalo y el yuzu.
La recepción de los cerillos Hibi ha sido positiva, con usuarios que destacan la calidad de los aromas, la facilidad de uso y la duración de la fragancia.
Los aromas de Hibi: un jardín de fragancias
Los cerillos de incienso Hibi ofrecen una amplia gama de aromas para disfrutar. A continuación, exploramos las diferentes fragancias disponibles, según lo descrito en las fuentes proporcionadas:
Fragancias clásicas
- Lemongrass: Un aroma fresco y cítrico, con un toque agridulce que evoca la frescura de un prado verde. Ideal para momentos de revitalización y para refrescar el ambiente.
- Lavanda: Una fragancia floral elegante y relajante. Perfecta para crear una atmósfera de calma y serenidad, especialmente antes de dormir.
- Rosa: Un aroma que combina la dulzura de la rosa con notas verdes. Se dice que ayuda a restaurar el equilibrio emocional y a calmar la ansiedad.
- Sándalo: Una fragancia cálida y amaderada con un toque oriental. El sándalo se utiliza tradicionalmente en Japón para la meditación y la relajación.
- Geranio: Un aroma floral con toques cítricos y especiados. Se le atribuyen propiedades relajantes y equilibrantes.
- Tea Tree: Conocido por su aroma fresco y medicinal. Se utiliza a menudo para purificar el aire y crear un ambiente limpio y fresco.
Fragancias «Hibi Deep»
- Ciprés Japonés (Hinoki): Un aroma amaderado que envuelve la mente en una serenidad nostálgica, ideal para calmar la inquietud y recuperar la claridad mental.
- Agarwood (Jinkō): Una fragancia profunda y misteriosa con una dulzura especiada. Se dice que ayuda a eliminar tensiones y a conectar con la propia interioridad.
- Yuzu: Un aroma cítrico con propiedades relajantes. El Yuzu se ha utilizado tradicionalmente en Japón como planta medicinal para aliviar la tensión mental y física.
- Musgo de Roble: Un aroma que transporta a un mundo cálido y sereno, evocando la humedad de un bosque profundo. Se asocia con la sabiduría y la fuerza interior.
- Cedro: Un aroma amaderado fresco que recuerda el aire puro de un bosque de cedros. Se le atribuyen propiedades revitalizantes y purificadoras.
- «Pasión Oriental»: Una fragancia sensual que fusiona la dulzura oriental con notas salvajes, creando un ambiente exótico y evocador.
Fragancias «Hibi Garden»
- Flor de Cerezo (Sakura): Un aroma dulce y delicado que anuncia la llegada de la primavera, evocando alegría y luminosidad.
- Glicina: Un aroma refinado y elegante, con un toque tradicional japonés. La glicina ha sido un tema recurrente en la poesía japonesa desde la antigüedad.
- Peonía: Una fragancia fresca y dulce, con un toque de esplendor. La peonía, conocida como la «reina de las flores» en Japón, simboliza la nobleza y la belleza.
Fragancias especiales
- Olivo Fragante (Kinmokusei): Un aroma refrescante con un toque oriental dulce. Ideal para evocar la nostalgia y crear un ambiente acogedor.
Cabe destacar que la experiencia aromática puede variar según las preferencias individuales. Los cerillos Hibi ofrecen una variedad de fragancias para explorar y descubrir los aromas que mejor se adaptan a cada momento y estado de ánimo.
Cómo usar los cerillos de incienso Hibi: una guía paso a paso
Los cerillos de incienso Hibi son una forma innovadora y práctica de disfrutar de los aromas tradicionales japoneses. Aquí te explicamos cómo usarlos:
- Paso 1: Abrir el paquete. Tira de la parte perforada de la película hacia los lados para abrir el paquete.
- Paso 2: Encender el cerillo. Toma un cerillo Hibi y presiona la punta superior contra la superficie rugosa marrón del costado de la caja (el lado para encender) en un ángulo de 45 grados, y raspa diagonalmente hacia abajo para encenderlo. Sujeta el cerillo por la mitad, ya que podría romperse fácilmente si lo sujetas por la punta.
- Paso 3: Dejar que la llama se asiente. Una vez encendido, sujétalo en una posición ligeramente inclinada hacia abajo, y mantenlo así hasta que la llama se extienda a la parte del incienso y se asiente por sí sola. Si apagas la llama apresuradamente antes de que se asiente, es posible que el fuego no se extienda a la parte del incienso o que el olor del cerillo afecte la fragancia inicial del incienso porque el material inflamable de la cabeza del cerillo (material de ignición) puede no haberse quemado por completo.
- Paso 4: Colocar el cerillo en el tapete. Coloca el cerillo en el tapete exclusivo de Hibi y disfruta del aroma durante unos 10 minutos. Puedes ponerlo en el escritorio ya que el tapete y la bandeja exclusivos son resistentes al calor. Si te preocupa, colócalo encima de la tapa deslizante de la caja para mayor seguridad. No abandones el área hasta que el cerillo se haya consumido. Quemar más de dos cerillos a la vez es peligroso, ya que provocará un sobrecalentamiento del tapete. Asegúrate de quemar solo un cerillo a la vez.
- Paso 5: Desechar las cenizas. Después de usar el cerillo, levántalo junto con el tapete y tira las cenizas restantes. Usar otro cerillo de Hibi en el tapete con las cenizas residuales puede mezclar los aromas y es posible que no disfrutes del aroma original de Hibi.
Precauciones importantes
- Lee y sigue atentamente las instrucciones de uso antes de utilizar los productos.
- Asegúrate de tomar precauciones contra incendios y no lo dejes desatendido mientras esté encendido.
- No coloques el cerillo en el tapete exclusivo antes de confirmar que la llama ya se ha asentado y el fuego se ha extendido a la parte del incienso.
- No es comestible. Asegúrate de mantenerlo fuera del alcance de los niños.
- No lo uses para ningún otro propósito que no sea el previsto.
El camino de la fragancia: Kōdō, un arte sensorial japonés
El kōdō, traducido como «el camino de la fragancia,» es un arte tradicional japonés que se centra en la apreciación del incienso. Se considera una de las tres artes clásicas de refinamiento en Japón, junto con el ikebana (arreglo floral) y el chadō (ceremonia del té). A diferencia de la simple quema de incienso para perfumar un ambiente, el kōdō busca una experiencia sensorial y espiritual más profunda. Involucra la preparación meticulosa del incienso, la apreciación consciente de sus sutiles aromas y la participación en juegos tradicionales que ponen a prueba el conocimiento y la sensibilidad olfativa de los participantes.
El kōdō tiene sus raíces en el budismo, que llegó a Japón en el siglo VI. Inicialmente, el incienso se utilizaba en ceremonias religiosas, pero su uso se extendió rápidamente a la corte imperial y la clase aristocrática, donde se desarrolló un gusto refinado por las fragancias. A lo largo de los siglos, el kōdō se ha practicado en diferentes formas, pero la estructura actual se consolidó durante el periodo Muromachi (1336-1573).
En el corazón del kōdō se encuentra la madera de agar, una resina aromática que se produce en ciertas especies de árboles del sudeste asiático. La madera de agar se clasifica en diferentes grados según su calidad, y la más preciada es la llamada kyara, que se caracteriza por su intenso aroma y su alto contenido en aceites esenciales. Debido a la sobreexplotación de los árboles de agar, la kyara es extremadamente rara y costosa, llegando a valer más que su peso en oro.
El kōdō no se limita a la apreciación individual de los aromas. También implica la interacción social y la participación en juegos tradicionales, como el kumikō y el genjikō. En estos juegos, los participantes deben identificar diferentes tipos de incienso o determinar cuáles de los incensarios contienen aromas idénticos. Los resultados se registran utilizando símbolos y patrones que a menudo hacen referencia a la literatura clásica japonesa, como el Genji Monogatari (La Historia de Genji).
Los utensilios utilizados en el kōdō, conocidos como kōdōgu, son también objeto de apreciación estética. Desde los incensarios de cerámica hasta las pinzas de metal para manipular el incienso, cada objeto está cuidadosamente elaborado y se considera una obra de arte en sí misma. La preparación del incienso, la disposición de los utensilios y la ejecución de los movimientos durante la ceremonia siguen un protocolo preciso que refleja la búsqueda de armonía y equilibrio que caracteriza al kōdō.
En la cultura japonesa, el kōdō se valora por sus beneficios tanto espirituales como sensoriales. Se cree que la apreciación del incienso ayuda a aquietar la mente, agudizar los sentidos y fomentar un estado de introspección y conexión con la naturaleza. El kōdō ofrece un espacio para la contemplación y la búsqueda de la belleza en los detalles, una filosofía que se refleja en muchos aspectos de la cultura japonesa.
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