La finalización del programa Apolo no sólo terminó con los sueños de una generación que deseaba tocar el inmutable suelo lunar, sino también, nos dejó «esclavizados» a la Órbita Baja de la Tierra -o Low Earth Orbit.
Si bien es cierto que los Transbordadores espaciales eran unas naves magníficas y superadoras en muchos aspectos, su gran tamaño y alto consumo de combustible nos dejaron a unos 500 km de la superficie de la Tierra (en realidad siempre fue menos, excepto en las misiones del telescopio Hubble, que eran muy riesgosas por alejarse tanto)
Es por eso que el nuevo cohete presentado por la NASA busca recuperar ese terreno abandonado y comenzar a enviar seres humanos un poco más allá del espacio que nos acostumbramos a ocupar con la Estación Espacial Internacional.
El Exploration Flight Test-1 será el comienzo de una nueva etapa de la exploración espacial, el primero de la nueva cápsula Orion y que tiene previsto viajar a bordo de un cohete Delta IV Heavy. Dará dos órbitas a la Tierra y deberá acuatizar en el Océano Pacífico, al igual que las viejas misiones Apolo. Será un vuelo no tripulado, pero de salir todo bien, será histórico.
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